lunes, 25 de abril de 2011

Aquí 24

Aquí
La Paz (Bolivia), nueva etapa, 25 de abril de 2011 Año I No. 24
Afiliado a la Federación Latinoamericana de Periodistas, Felap
Editores: Remberto Cárdenas Morales y Yuri Aguilar Dávalos
www.semanarioaqui.com

Índice
editorial
Corremos el riesgo de que la verdadera lucha por la tierra sea feroz
(Primera parte)
De sábado a sábado 151
En el último conflicto policías violaron el derecho a la información
Remberto Cárdenas Morales
de la tierra nuestra
Golpe al plan agrario comunitario
Redacción Bolpress
Litio en Bolivia, el oro del futuro
El reto de lograr soberanía y seguridad alimentaria
lucha de nuestros pueblos
Indudable demostración de apoyo a la Revolución
Reflexiones del compañero Fidel
Mi ausencia en el C.C.
Fidel Castro Ruz
Reflexiones del compañero Fidel
El Norte revuelto y brutal
Fidel Castro Ruz
Sexto congreso del Partido Comunista de Cuba
Un congreso de la nación
Ángel Guerra Cabrera
¿Es aplicable el modelo chino o vietnamita en Cuba?
por Julio A. Díaz Vázquez
Una voz silenciada, muchas voces indignadas
por  Jaime A Moreno
Lecturas
V. I. Lenin
Sobre el Estado
Conferencia pronunciada en la Universidad Sverdlov el 11 de julio de 1919


editorial
Corremos el riesgo de que la verdadera lucha por la tierra sea feroz
(Primera parte)
Alguien más o menos informado diría que, en Nuestra América, todas las revoluciones o que el factor desencadenante de las revoluciones y/o guerras civiles (incluidas intervenciones de Estados Unidos) fue la lucha por la tierra agraria y, el territorio indígena, en el último tiempo.
Rememoramos, brevemente, los ejemplos emblemáticos y más conocidos para entender mejor la referencia inicial de esta nota:
—La Revolución mexicana tuvo como causa principal la lucha de campesinos e indígenas (apoyada por lo obreros, con demora), que reivindicaron la tierra para quien la trabaja, medio de producción que en un 97 por ciento, de manera directa o por intermedio de terceros, se encontraba en poder del 1 por ciento de los sectores dominantes de aquella sociedad. Esas acciones iniciaron la revolución mexicana a partir de 1910 y que abarcó décadas, un proceso que algunos —y no por pesimismo— incluso ahora lo consideran inconcluso. Un dato que dice mucho de las marchas y contramarchas de la revolución mexicana, sobre la tierra, es la supresión, reposición y otra vez supresión de los ejidos, las formas de propiedad comunitaria sobre aquel medio de producción.
—La lucha por la tierra o contra el latifundismo en Guatemala desencadenó una reforma agraria valorada como democrática y burguesa, pero que ni siquiera esa su orientación aplacó el conservadurismo estadounidense el que, además de respaldar a las corrientes derechistas que internamente se opusieron a ese proceso democratizador de la tierra, intervino en Guatemala para imponer un régimen que asegure el quiebre de la reforma agraria y de las otras medidas avanzadas para los años 50 del siglo veinte. Aquella reforma agraria (1952) afectó a los latifundistas nativos, a empresas criollas y las extranjeras como la estadounidense United Fruit Company. Sin embargo, la fuerza del ejemplo de la reforma agraria guatemalteca se extendió en la región, sin que sus enemigos alcancen impedirlo.
—La reforma agraria en Bolivia, una de las medidas “radicales” de similar corte democrático-burgués (como en México y en Guatemala), también bajo el principio de que la tierra debe pertenecer a quien la trabaja, de acuerdo a estudiosos del tema, no pasó de la etapa distributiva y a lo sumo introdujo el capitalismo en la agricultura, sobre todo, de manera dinámica en Santa Cruz. Ese proceso inconcluso sufrió, además, lo que se llamó la restauración, es decir, el retorno del latifundismo o mejor dicho un proceso de concentración de la tierra en favor de pocas familias, cuya culminación es lo que informó el ex Viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz: familias de terratenientes modernos y a la vez dirigentes de comités cívicos poseían y/o poseen grandes extensiones de tierras equivalentes al espacio que ocupa la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. La concentración de la tierra, en la mayoría de los casos (de acuerdo a información creíble) fue el resultado de dotaciones a título gratuito, despojos, compraventa y ocupaciones arbitrarias, entre las principales formas de acceso a ese medio de producción.
Antes del actual proceso socio-político y del gobierno en funciones se contrapusieron propuestas para resolver la “cuestión de la tierra”, entre ellas, de las que reproducimos síntesis a manera de titulares periodísticos: una segunda reforma agraria que, como novedad, sugería la constitución de las tierras comunitarias de origen; convertir a la tierra agropecuaria en una mercancía sujeta a la compraventa para evitar que aquella sea un bien inerte, planteaba la derecha; la socialización de la tierra mediante procesos de amplia participación de los trabajadores del agro, sugería la izquierda, la que incluía la solución del “problema nacional y colonial de Bolivia”; se sumaba la de los dirigentes campesinos que rompieron el pacto militar campesino: la tierra debe ser para los que la trabajen personalmente, principio resumido en el proyecto de Ley Fundamental Agraria de la antigua Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia; la Iglesia Católica boliviana difundía que la tierra, como “madre fecunda”, debía ser para todos, antes de que su Cardenal negara la existencia de esclavismo moderno en el chaco cruceño, palabra cardenalicia que fue desmentida por los hechos.
Por lo que también se llamó una verdadera reforma agraria, que materialice los intereses de la productores campesinos, se realizaron diversas acciones, entre ésas, las marchas hacia La Paz y tantas otras desarrolladas en la sede de gobierno, en tiempos neoliberales, lo que culminó con la aprobación de la Ley INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria).
Como se explicó en diversos tonos, la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria, que modifica progresivamente la anterior ley agraria (INRA), fue pensada y se aplica todavía para promover la “verdadera revolución democrática” en Bolivia. El lado vigoroso de la ley agraria en aplicación no es tanto el saneamiento (que se ejecutaba a un ritmo lento y caro antes de 2006) sino la distribución de tierras en propiedad colectiva y a título gratuito, incluida la antigua propiedad familiar, el solar campesino de vieja data o la heredad para que viva y trabaje la familia en un suelo de dominio suyo.
La oposición a esa distribución de tierras y a la reconstitución de los territorios indígenas fue resumida por un dirigente campesino que levanta cabeza de cuando en cuando en nombre de los trabajadores del campo, pero que dice criterios de los campesinos ricos y de los empresarios agropecuarios: Nosotros queremos la consolidación de las tierras que heredamos de nuestros padres y abuelos (propiedad privada individual, bajo el principio de tierra para quien la trabaja) y no queremos la propiedad colectiva ni el territorio indígena como plantea la nueva ley y el actual gobierno. Al menos admitamos que ese planteamiento es claro, como para no perderse.
Hasta aquí hemos referido antecedentes externos e internos de la cuestión agraria, lo que nos deja en deuda para opinar sobre lo que ocurre los últimos meses.
Sin embargo, como un adelanto es necesario decir que son diversos los datos, que requieren una necesaria comprobación, sobre lo que hace una tendencia campesina que tiene influencia en los movimientos sociales y en el gobierno, que busca la modificación de una institución del derecho y de la legislación agraria que es de veras fundamental: suprimir de la Ley de Reconducción Comunitaria la prohibición de la venta de la tierra recibida en propiedad colectiva y a título gratuito. El propósito es que aquel recurso natural (concedido gratis y en propiedad comunitaria) se convierta en una mercancía que se venda o se compre en un restituido mercado de tierras, es decir, volver al pasado. Por ello, afirmar que esos dirigentes campesinos pretenden remplazar a los viejos latifundistas no implica ni una mentira ni una exageración. Esos líderes agrarios, además, ya tienen tierras cuya extensión se desconoce, pero se sabe que incluso algunos gobernantes han incrementado sus pertenencias, es el caso del actual Viceministro de Tierras, pero con seguridad él es uno de tantos.
Ante esas realidades nada consiguen las buenas razones para que los cambios reales lleguen al agro. En coincidencia con estudiosos de asuntos agrarios sostenemos que allí hay una movilidad social incontenible: surgen grupos sociales y se amplían, escasamente en número pero crecidos en poder económico, los burgueses agrarios y los campesinos ricos; además se constituyen y reconstituyen los campesinos medianos o pequeño burgueses campesinos, los campesinos empobrecidos son muchos más, hay todavía campesinos sin tierra, proletarios agrícolas (muchos de los cuales son temporales e itinerantes), los semiproletarios, arrendatarios y trabajadores de la tierra al partido, entre los principales.
Esta referencia a la estructura de clases en el campo resulta imprescindible para afirmar que los intereses materiales y las ideas aunque sean pocas (y lo peor es que sean ajenas) llevan a esos grupos humanos a una inevitable confrontación social. Recordemos, asimismo, que la forma en la que se constituyen esas clases y grupos sociales influye en su comportamiento y en la conciencia que adquieren respecto de los fenómenos socio-políticos.
Respetamos otras tendencias que existen en el pueblo que nunca creyeron o ahora descreen en la teoría y en la práctica de la lucha de clases. Para nosotros, sin excluir otros factores que analizaremos en la segunda parte de esta nota, es la lucha por la posesión de la tierra, una expresión de la lucha de clases (comprendida la lucha de pueblos indígenas), el factor sustancial que lleva a los viejos latifundistas a decir que defenderán a tiros sus tierras y que dirigentes campesinos, desde el gobierno y desde los movimientos sociales, se empeñen en acumular poder político y, apoyados en éste, se lanzan a incrementar sus tierras habidas en formas indecorosas y/o a cualquier precio, lo que no niega que hay trabajadores del campo que adquirieron sus tierras de manera legal y legítima.

De sábado a sábado 151
En el último conflicto policías violaron el derecho a la información
Remberto Cárdenas Morales*
Policías detuvieron, ultrajaron y decomisaron  el material fotográfico de un reportero (también comunicador) del matutino Página Siete (PS), tal como denunciaron y pidieron esclarecimiento los ejecutivos y los trabajadores de aquel diario paceño (1). Incluso el Vicepresidente pidió disculpas a los periodistas por aquella violación de los derechos humanos: a la información y a la comunicación, al trabajo, a la seguridad, entre los principales (2). Al revés de aquella realidad, dos señoras que se presentan como “defensoras” de los derechos humanos, en un documento, afirman que la Policía Boliviana tuvo una “…actitud persuasiva y preventiva y no represiva (…) que ha evitado un mayor enfrentamiento,…” (3).
Más o menos en el período del conflicto trabajadores-gobierno se conocieron denuncias de violación de otros derechos: pobladores del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure reiteraron que no fueron consultados para construir el camino Villa Tunari-San Ignacio de Mojos (4); los guaraníes responsabilizaron a la ministra de Desarrollo Rural y al Viceministro de Tierras de haber inducido a campesinos para que se asienten en sus territorios (5); como remate, también de ese Ministerio, se despidió a una mujer embarazada (6).
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, en un Informe sobre la situación de aquéllos en nuestro país, que resumimos en este mismo espacio sabatino, además de reconocer los avances legales para protegerlos, señala violación de aquéllos, el 2010 (7).
El actual gobierno tiene un plan para la promoción, defensa y realización de los derechos humanos, documento que se aprobó con aportes personales e institucionales y que costó dinero a la cooperación internacional (8). Sin embargo, importa decir que ese plan no se ejecuta con la celeridad requerida. Sabemos —y vale la pena reiterar— que la nueva Constitución Política, la que tiene mucho de un programa de gobierno, contiene los derechos fundamentales que se encuentran en leyes bolivianas y, sobre todo, en convenios internacionales los que casi todos han sido refrendados en Bolivia por lo que son parte de nuestra legalidad vigente (9).
El viernes 15 de este mes, según Radio Erbel, bloquearon la carretera La Paz-Oruro, en La Apacheta (cerca de la sede de gobierno), al menos 10.000 profesores rurales, varios de los que a la vez son dirigentes sindicales en el agro, acción de fuerza con la que exigieron la atención de las peticiones de la COB, entre éstas, un aumento salarial mayor al 10 por ciento decidido por el gobierno. Allí varios profesores fueron agredidos y apresados por policías que pretendieron desbloquear aquella vía por orden de autoridades gubernamentales (medios de difusión informaron, sin confirmación, que el Viceministro de Régimen Interior comandó ese operativo). Asimismo, policías golpearon, detuvieron y le decomisaron material fotográfico al reportero gráfico del diario PS, Henry Ponce Barco.
El Ministro de Gobierno, como lo hizo antes, recurrió a la mentira porque dijo que sólo había policías heridos y que aquel reportero gráfico había sido golpeado por los bloqueadores.
Sin embargo, ese funcionario, de ingrato recuerdo para los verdaderos defensores de los derechos humanos, en conferencia de prensa, admitió que un oficial fue el responsable de los hechos denunciados y que afectaron al reportero gráfico de PS; asimismo, añadió que ese oficial fue sancionado (10). Las preguntas son: ¿Sin previo proceso? ¿Eso permiten las normas? ¿O aquélla será una medida que se acatará pero que no se cumplirá, como en la colonia española?
Antes, el Vicepresidente del Estado Plurinacional, en acto público, pidió disculpas a los periodistas. Algo es algo se suele decir, en casos como éstos. Sin embargo, las disculpas deben ser solamente el punto de partida hacia otras acciones tales como: una investigación a fondo para establecer las causas reales que determinaron aquellos “excesos” en el uso de la fuerza pública la que, además, se apoya en leyes; ese comportamiento policial se debe entender como una aplicación de alguna doctrina policial u obedece a la formación de oficiales, jefes y guardias; esa conducta sugiere la organización de otra Policía Boliviana; los cambios y el gobierno tienen que ser defendidos, del pueblo, con la fuerza estatal; en algún momento habrá acuerdo de largo alcance entre trabajadores y gobierno para defender, consolidar y profundizar los cambios.
Los principales gobernantes, otra vez, han dicho que algunos dirigentes sindicales se aliaron con la derecha durante el último conflicto por mejores salarios y por los otros siete puntos. Merecen más de un análisis aquellas afirmaciones que tienen ribetes de graves denuncias. No obstante, es necesario recordar que algunos de esos dirigentes (entre los que no se habló de miembros de la COB), celebraron un pacto de unidad y se reunieron para analizar la coyuntura. De esas actividades, en algunos momentos, participó el médico Luis Larrea, presidente del Colegio Médico de La Paz, al parecer con militancia en el MNR. A esa coordinadora también pertenece Jaime Solares, de dudosa conducta cuando él dice que sirve a los trabajadores.
La denuncia de los dos mandatarios del país deben determinar la realización de una investigación que sirva para descubrir y en ningún  caso para encubrir, como en otras ocasiones y con otros gobiernos y, también, con el actual.
Hablamos de este asunto porque se pretende desacreditar al movimiento de los trabajadores con aquella presunta o real alianza entre dirigentes sindicales y militantes derechistas y, además, así se busca anular el derecho a la huelga o al menos poner en duda la legalidad y/o legitimidad de aquélla. En el anterior De sábado a sábado (16-IV-11) escribimos sobre el derecho y el deber del pueblo a la rebelión contra la opresión. Y recordamos que el ejercicio de los derechos no necesita ni reglamento ni permiso de los gobernantes.
Otra vez una precisión: el pueblo, hasta donde lo hemos escuchado, no tuvo ni tiene como planteamiento tumbar al gobierno actual. El principal gobernante se queja porque metieron fuego a carteles con imágenes suyas durante las protestas, las que no tuvieron como objetivo la caída del gobierno, pero sí desgastarlo social y políticamente (11).
Guardamos las distancias, pero no deben quedar sin respuesta las mentiras difundidas por aquellas dos presuntas activistas de los derechos humanos: en un documento difundido, especialmente, por la red Internet destacan las realizaciones del gobierno sin tacha alguna y hasta hablan de un ingenio azucarero estatal que sólo existe en la cabeza de ellas y de algún funcionario gubernamental que habló de la necesidad de instalarlo (12); asimismo, ignoran la violación de los derechos humanos por policías, como en Caranavi, los que mataron a los estudiantes Mario Fidel Hernani y David Calisaya, según testigos. Al contrario, refieren un comportamiento que no tienen los policías bolivianos, salvo poquísimos.
Aprovechamos de la sabiduría popular y decimos que los policías bolivianos ya no necesitan enemigos, les basta aquel tipo de amigas que recurren a la mentira para hablar bien de los que torturan hasta acabar con la vida de presuntos delincuentes, ejemplo, David Olorio. Esa laya de activistas de los derechos humanos: no, gracias.
La Paz, 23 de abril de 2011.
*Periodista
Notas:
(1)“El Periódico Página Siete (PS) denuncia que el reportero gráfico Henri Ponce fue retenido irregularmente el día de hoy, 15 de abril de 2011, por fuerzas policiales cuando realizaba una cobertura fotográfica en la zona de la Apacheta en horas de la mañana”.
“…, el reportero gráfico fue además golpeado por un policía que le propinó un culazo en las costillas y le sustrajo las dos memorias de su cámara fotográfica…”, dicen los ejecutivos de aquel diario en su edición del sábado 16 de este mes.
En la misma edición los trabajadores de PS dicen:
“..., los trabajadores de este medio (PS) nos declaramos en Estado de Emergencia y pedimos a las autoridades gubernamentales que en un pasado no muy lejano fueron defensores  de los derechos humanos, esclarezcan este hecho y sancionen con toda la rigurosidad a través de los reglamentos internos y de la legislación penal y se destierre de la institución policial esa acción antidemocrática contra indefensos compañeros de la prensa que sólo cumplen con su deber de informar de los hechos a la población boliviana”.
(2) “Lamentamos la agresión a un grupo de periodistas en el sector de la Apacheta por parte de algunos policías. Pedimos las merecidas disculpas a todos los periodistas y para eliminar estas agresiones, desde el Ejecutivo prometemos mejorar nuestra labor”, dijo Linera en una conferencia de prensa realizada en la Vicepresidencia del Estado para evaluar el fin del conflicto que enfrentó al gobierno con  la Central Obrera Boliviana (COB). Esta declaración fue registrada por los medios impresos el 20 de abril (2011).
(3) “En el caso del gobierno destacamos la actitud persuasiva y preventiva y no represiva de la policía que ha evitado un mayor enfrentamiento, lamentando que existan una decena de heridos policías y exhortamos a que la actitud preventiva de la policía continúe sin que ello signifique una escalada de mayor violencia por parte de los manifestantes”
Esa la afirmación la hacen Teresa Subieta Serrano y Sonia Brito Sandoval en un documento titulado: “El pueblo exige soluciones al conflicto COB-Gobierno” entregado, en La Paz, el viernes 15 de 2011.
 (4) Un dirigente indígena reiteró la denuncia por intermedio de  Erbol el martes de la semana que concluye.
(5) El presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní, por intermedio de la red Erbol, dijo que esas dos autoridades alentaron la ocupación ilegal de parte del territorio guaraní al menos por 100 campesinos, la que rechaza la APG y el dirigente añadió que pedirán, al Presidente del Estado Plurinacional, la destitución de aquellos dos funcionarios públicos.
(6) También por radio Erbol se hizo conocer el despido de su trabajo, en el ministerio de Desarrollo Agropecuario, de aquella mujer, a pesar de su embarazo. En esa ocasión se pidió su restitución a su fuente de labor.
(7) Ese documento (resumimos) señala: “Actualmente persisten manifestaciones de racismo, discriminación e intolerancia”; “El artículo 16 de la ley antirracista castiga “la autorización y publicación de ideas racistas y discriminatorias”; “La situación de los pueblos indígenas altamente vulnerables y en particular de los pueblos yuqui y ayoreo sigue siendo preocupante debido principalmente a problemas de salud, a las crecientes presiones sobre sus territorios, a la trata y tráfico de personas (…)”; sigue pendiente la “(…) erradicación del trabajo forzoso y la reconstitución territorial para el pueblo guaraní”; “(…) persiste una brecha importante de larga duración en el disfrute de sus derechos entre población urbana y rural, que afecta negativamente a los pueblos indígenas y afrobolivianos, particularmente a las mujeres y niñas en zonas rurales. (…)”; “El Estado debe garantizar la estricta observancia de la presunción de inocencia, el debido proceso y el juicio justo en todos los procesos”. (6); “Los derechos a la verdad, justicia y reparación de las víctimas de violaciones de derechos humanos durante los regímenes inconstitucionales siguieron siendo seriamente perjudicados …”; En 2010 la oficina de la ONU en La Paz “(…) conoció algunos casos de uso excesivo de la fuerza que resultaron en posibles muertos extrajudiciales, tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes (…)”; A pesar de la ampliación de prisiones, “en julio de 2010 el entonces Director General de Régimen Penitenciario divulgó que en enero la población carcelaria  era de 7.500 internos y seis meses más tarde, de 8.700, frente a su capacidad carcelaria de aproximadamente 4.700 personas”; Se discuten normas y se aplican planes para contrarrestar la violencia contra la mujer; “(…) en dos ocasiones altos oficiales de la rama ejecutiva y la policía desacreditaron y estigmatizaron públicamente a defensores de derechos humanos que habían denunciado violaciones de derechos humanos o criticado la forma en la que el Gobierno había reaccionado ante algunas protestas sociales. Este fue en particular el caso de las declaraciones realizadas contra la Asamblea Permanente para los Derechos Humanos de La Paz y el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS)”; se espera que avance la investigación sobre la muerte del periodista Carlos Quispe, como resultado de castigos físicos extrajudicialmente en Pucarani (cerca de La Paz, el 2008).
(8) Ministerio de Justicia. Plan Nacional de Acción de Derechos Humanos/Bolivia parta vivir bien 2009-2013. La Paz, 2008.
(9) Son ejemplos: La Convención americana sobre derechos humanos firmada en San José de Costa Rica (1969) y convertida en Ley de Bolivia el 11 de febrero de 1993, y la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas (2007), convertida en Ley de Bolivia y cuyo contenido esencial ahora es parte de la  Constitución Política del Estado boliviano.
(10) El ministro de Gobierno, para los medios, dijo: “Se ha instruido una investigación pormenorizada en los casos que se cometieron abusos de miembros de la Policía; nuestro compromiso es castigar a los responsables, identificarlos al mismo tiempo que existe sanción  en el marco de nuestras normas por el abuso injustificado”. Página Siete del 21 de abril (2011).
(11) Dirigentes sindicales lo dijeron en tonos distintos, pero convergentes, cuando le preguntaron si era verdad que buscaban la caída del gobierno de Evo Morales.
En aquel documento, esas dos supuestas “defensoras” de los derechos humano, en lo que se consideraría una opinión, afirman: “Expresamos nuestra profunda preocupación, cuando la movilización demuestra no sólo el reclamo justo de los trabajadores, sino también la expresión de intereses de sectores reaccionarios que mimetizándose en las movilizaciones buscan la desestabilización del proceso, el acortamiento del mandato del presidente y el derrocamiento del actual gobierno…”
(12) Aquellas “defensoras” de los derechos humanos hablan de la reactivación productiva en el país y añaden: “…además de nuevas empresas de lácteos, cítricos, azúcar, cartón y otros esfuerzos importantes en los últimos años. Es también importante la inversión pública realizada para la industrialización de las materias primas en las áreas de hidrocarburos, del Litio y el Mutún, al igual que de los principales alimentos de la canasta familiar, como son el maíz, azúcar y soya”. 

de la tierra nuestra
Golpe al plan agrario comunitario
Redacción Bolpress
Julio Urapotina fue posesionado este martes como nuevo director nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), en reemplazo de Juan Carlos Rojas. No se trata de un cambio rutinario de autoridades sino de un certero golpe político de la burocracia campesina del MAS, vanguardia indiscutible de la nueva derecha boliviana.
La Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria (LRCRA), hasta ahora la política oficial de tierras del gobierno de Evo Morales, apuntala la propiedad comunitaria de la tierra, en contraposición a la vieja reforma de 1953 que tituló individualmente pequeñas, medianas y grandes propiedades agrarias capitalistas.
La Carta Magna manda reconstituir el territorio indígena originario campesino (TIOC) mediante la redistribución de propiedades comunitarias o colectivas indivisibles, imprescriptibles, inembargables, inalienables e irreversibles, que comprenden áreas de producción, aprovechamiento y conservación de recursos naturales. (Arts. 394 III, 395 I y 403 II).
Bolivia reconstruye territorios indígenas ancestrales con el objetivo de desarrollar nuevas formas organizativas y de reproducción social, espiritual y cultural comunitarias alternativas al capitalismo. Cumplir este mandato constitucional es el principal propósito de la LRCRA.
La LRCRA se constituye en una estrategia clave en el “proceso de descolonización” iniciado en 2006, y el TIOC es uno de los fundamentos del “proceso de cambio”. Sin embargo, la burocracia campesina rechaza ambos instrumentos supuestamente porque “discriminan al campesinado nacional”, privilegian a los originarios de tierras bajas y crean un nuevo tipo de “latifundio indígena”.
En los últimos años, los burócratas que controlan la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias Bartolina Sisa y otros gremios pro oficialistas conspiraron abiertamente contra la ley y la Constitución “pro indígena” que impide “democratizar” el acceso a la tierra.
“No puede ser que las tierras fiscales se queden en manos de los indígenas, la tierra hay que repartirla equitativamente para todos”, reclamó la cocalera Leonilda Zurita; “nosotros también tenemos derecho a la tierra igual que ellos”, sentenció el ex líder campesino y actual senador del MAS Isaac Avalos.
Lo cierto es que el gobierno nunca discriminó a los campesinos; prueba de ello es que el INRA saneó más de 45 millones de hectáreas, 22 millones como TCOs indígenas y 19 millones a favor de campesinos y comunidades interculturales. En varias oportunidades el Estado ofreció a los campesinos una parte importante de las más de 13 millones de hectáreas de tierras fiscales disponibles para redistribución inmediata.
Pero la burocracia campesina rechazó las generosas ofertas, y para colmo saboteó la titulación de la TCO de Ayopaya, en el departamento de Cochabamba, un territorio comunitario reclamado por los campesinos de la provincia desde 2003.
El INRA había logrado sanear y titular dos de los cinco polígonos de ese territorio comunitario, pero el dirigente campesino y jefe del MAS de Cochabamba Feliciano Vegamonte obstruyó el trámite. Este cacique organizó sindicatos paralelos para dividir a los campesinos y comerciar tierras en la zona, denunció Sabino Mamani en un encuentro de secretarios de recursos naturales de la CSUTCB.
La cúpula campesina comandada por Ávalos quedó en evidencia y no tuvo más remedio que confesar que su verdadero objetivo no era “democratizar” el acceso a la tierra, sino modificar la Ley de reconducción comunitaria.
Los campesinos anticomunitaristas solicitaron en repetidas oportunidades al gobierno que autorice la distribución individual de tierras que se puedan heredar, comercializar e hipotecar. En otras palabras, querían restituir el libre mercado de tierras de la vieja reforma agraria capitalista que fragmentó y concentró la tierra en pocas manos.
Quienes piden titulación individual solo quieren vender y negociar con la tierra, pero la Madre Tierra no se vende porque no es una mercancía, les respondió el ex viceministro de Tierras Alejandro Almaraz.
El 6 de enero de 2010, el senador electo por Santa Cruz Isaac Ávalos envió una carta al Presidente Morales reclamando la cuota de poder de la CSUTCB en el Ejecutivo. El dirigente exigía dos ministerios, cinco viceministerios y la dirección nacional del INRA.
Avalos pidió las cabezas del director del INRA Juan Carlos Rojas y del viceministro Almaraz, acusándolos de hacer “poco o nada” por los campesinos. Que el director del INRA “trabaje por todos, que trabaje por los indígenas del oriente muy bien, pero que también sanee y distribuya tierras a los campesinos”, arengó el cacique masista.
La burocracia campesina conspiró contra Almaraz, lo derrocó, puso en su lugar a un hombre de confianza, y presentó un anteproyecto de ley que restituye la propiedad privada individual y el libre mercado de tierras.
La nueva elite campesina quiere censar a los indígenas del oriente del país, cuantificar sus verdaderas necesidades territoriales y redistribuir equitativamente las tierras “excesivas” de TCOs indígenas ya tituladas y consolidadas por el propio Presidente Morales.
“No queremos anular las TCO, planteamos un estudio especial que diga cuántos indígenas hay en el oriente y si justifica o no la cantidad de tierras que tienen”, confesaron algunos dirigentes al diario La Razón. Planean recortar o fraccionar los territorios comunitarios y redistribuirlos como propiedades individuales campesinas, o en su caso como “co propiedades” indígena-campesinas.
Los nuevos gamonales de poncho y ojotas redoblaron la presión sobre el INRA en 2011, y volvieron a disparar contra Rojas en un seminario organizado por la Federación Departamental Única de Trabajadores Campesinos de La Paz-Tupaj Katari (FDUTCLP-TK), el 8 de abril de 2011. (Fundación Tierra)
Los campesinos paceños denunciaron en esa oportunidad que el INRA saneó apenas 6,6 millones de un total de 12,8 millones de hectáreas susceptibles de saneamiento en el departamento de La Paz, la mayoría como Tierras Comunitarias de Origen (TCO) de propiedad colectiva y muy pocas propiedades individuales.
La conspiración triunfó este martes y los campesinos cantaron victoria por derrocamiento del director del INRA Juan Carlos Rojas, tal vez la última autoridad fiel a la reconducción comunitaria que quedaba en el gobierno del MAS.
Los masistas no avisaron a Rojas que lo habían destituido; lo echaron mientras él entregaba tierras a campesinos en el municipio Colcha K junto al Presidente Morales. Ni una silla le dieron a Rojas para que se siente junto a la comitiva oficial, Evo lo desdeñó y estuvo a punto de irse del acto sin entregar los títulos.
Mientras tanto, en La Paz la ministra de Desarrollo Rural y Tierras Nemesia Achacollo recomendaba al flamante director del INRA Julio Urapotina que concluya el saneamiento de tierras del país hasta 2013, en “mayor coordinación con el Viceministerio de Tierras y las organizaciones sociales”.
Dice el ex viceministro Almaraz que dos bandos antagónicos combatieron al INRA en los últimos años: los grandes propietarios aglutinados en gremios agroempresariales, y cúpulas del sindicalismo campesino vinculadas al oficialismo.
Los propietarios agrarios defienden sus latifundios heredados y contraatacan impugnando el asalto de tierras por parte de advenedizos amparados por el nuevo poder político, que aspiran a sustituir a los primeros.
“Las cúpulas campesinas despliegan su consabida retórica antilatifundista y presionan, subrepticia pero intensamente, por acceder a la apropiación y al lucro individual de la tierra”, explica Almaraz. Las cúpulas sindicales han consolidado la ocupación política y administrativa en el Ejecutivo, y ahora pueden perforar desde dentro la Ley de reconducción comunitaria de la reforma agraria.
Los latifundistas blancos y los latifundistas originarios comparten una causa fundamental, precisa Almaraz: Ambos bandos quieren legalizar el mercado de la tierra, imprescindible condición para acumular propiedades agrarias de manera individual.

Litio en Bolivia, el oro del futuro*
*Con la extracción industrial de litio, Bolivia tiene una gran oportunidad de mejorar las condiciones de vida, así como de garantizar una mayor igualdad en la sociedad, dicen expertos alemanes a la Deutsche Welle.
El salar de Uyuni, ubicado en el departamento de Potosí en Bolivia, es el mayor lago artificial de sal del mundo y, al mismo tiempo, el mayor yacimiento de litio. Según expertos, de los diez mil millones de toneladas de sal que contiene este salar, cinco millones equivalen a esta materia prima.
“El litio no es sólo importante para Bolivia, sino también para el resto del mundo. Esto le otorga al país un gran poder de negociación al definir el precio de esta materia prima”, dijo a Deutsche Welle, Benjamin Beutler, periodista y autor del libro Das weiße Gold der Zukunft (2011) –El oro blanco del futuro–, en el marco de un evento sobre este tema en el Instituto Ibero-Americano (IAI) en Berlín.
La expectativa sobre la extracción de litio también se centra en la distribución a la población boliviana de los ingresos de este negocio por parte del gobierno de Evo Morales. Cerca del 65 por ciento de los habitantes de este país son indígenas.
“Es en todo caso una oportunidad de llegar a un mejor bienestar y riqueza en la sociedad”, agrega Beutler. Sin embargo, todavía falta mucho para lograrlo.
Litio, recurso y riqueza
Debido a su potencial electroquímico, el litio se emplea para almacenar energía. Por ello, el 60 por ciento de los teléfonos móviles y el 90 por ciento de los computadores portátiles que se encuentran en el mercado mundial tienen una batería de iones de litio.
En un futuro cercano, esta materia prima también será requerida en mayores proporciones para poner en marcha la industria automotriz del futuro con la construcción de más autos eléctricos.
Con la política de nacionalización de los recursos naturales de 2006 como trasfondo, el gobierno de Evo Morales busca llevar a cabo un proyecto estatal de extracción del litio, cuyas ganancias se distribuirán –de acuerdo con la norma– entre la población.
“Es una oportunidad para que cambie la situación de pobreza. La pregunta es cómo se realizará esto”, dijo Juliana Ströbele-Gregor, etnóloga del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín, en conversación con Deutsche Welle, en el marco del encuentro en IAI.
Para Ströbele-Gregor, uno de los mayores problemas de Bolivia es que “su política de materias primas se asemeja más a una explotación extensiva de los recursos”, aun cuando las leyes dictaminen lo contrario. La futura extracción del litio puede incurrir en problemas medioambientales serios para el país andino, pero también en los intereses de la comunidad indígena.
“En pro del desarrollo y del crecimiento no se toman en consideración las leyes establecidas. Espero mucho que esto cambie. Sin embargo, no soy muy optimista al respecto”, reconoce Ströbele-Gregor.
Alemania lidera proyecto piloto
Debido a las condiciones climáticas y geológicas del salar de Uyuni, la extracción del litio no se puede realizar con la misma tecnología aplicada en Chile, por ejemplo. Por este motivo, la Universidad Técnica de Minería de Freiberg, Sajonia, lidera un proyecto piloto junto con la Universidad de Potosí en el salar de Uyuni.
“Buscamos desarrollar una nueva tecnología para extraer el litio en una primera fase lo más eficientemente posible y, al mismo tiempo, incluir a las poblaciones residentes en el proceso”, dice Robert Sieland, estudiante de doctorado de dicha universidad alemana y miembro del equipo científico de este proyecto. De los cinco “conos de evaporización intensiva de Freiberg” ya se extrae solución salina de forma concentrada.
“Nuestro objetivo es que los campesinos administren estos conos independientemente y vendan la solución salina a puntos de recolección o a una planta piloto. De esta manera, podrían aumentar sus ingresos,” explica Sieland.
Extracción industrial
Según los cálculos de expertos, la extracción de litio puede generar a Bolivia ingresos anuales de alrededor de 120 millones de euros. Pero para lograr una extracción a nivel industrial son necesarios varios procesos. El primero es la concentración de la solución salina, como el proyecto de los “conos”.
Luego, por medio de un proceso químico —que requiere además de instalaciones fabriles unas medidas de seguridad especiales— se podrá obtener el carbonato de litio. Para ello aún falta en Bolivia.
Por ahora, y de acuerdo con las experiencias de Sieland, “no existe un interés por parte del Gobierno o del sector económico alemán en el litio de Bolivia. Esto se debe, probablemente, a la mala infraestructura y las condiciones básicas de la región”, dice.
El joven científico Sieland tampoco cree que la participación de los campesinos bolivianos en la extracción del litio alcance una escala industrial. Para ello se requiere personal calificado, además de un know how específico, como el alemán.
“Todavía estamos construyendo la técnica y realizando experimentos. Para la transformación industrial habrá que esperar algunos años”, admite.
Importante
El litio no es sólo importante para Bolivia, sino también para el resto del mundo, opinan expertos alemanes, quienes calculan que su extracción puede generar al país ingresos anuales de alrededor de 120 millones de euros.
*Tomado de la revista 7 días del diario Cambio del 24 de abril de 2011.

El reto de lograr soberanía y seguridad alimentaria
A principios de abril se celebró la cuarta edición de la Escuela Urbana, espacio de reflexión promovido por el Encuentro Social Alternativo. Contó con un importante número de participantes, que trabajaron en grupos, partiendo del principio pedagógico de la construcción colectiva del conocimiento. El debate giró en torno a cuatro ejes: Causas de la crisis mundial de alimentos –Impactos de dicha crisis en Bolivia y otros países que buscan paradigmas alternativos de desarrollo –Nuestros hábitos alimenticios y las presiones del consumismo –Roles de los gobiernos nacional, regional y local ante esta crisis, y desafíos de la sociedad civil.
El pueblo boliviano sufre sin dudas el impacto de una suba general mundial en los  precios de diversos alimentos (a nivel nacional, la situación se agravó luego del Decreto 748). Si bien es real que los desastres climáticos en todo el planeta han provocado un aumento generalizado de precios, no es menos cierto que los grandes intereses del capitalismo han convertido a los alimentos en una mercancía más. Como consecuencia, no interesa nutrir a la población mundial sino especular.
Nuestro país es un ejemplo: en 1990 un 36% de la superficie de Santa Cruz se destinaba a la soya; en 2009 subió al 52%; el girasol pasó del 2% al 11%. Al mismo tiempo, disminuyeron los cultivos de caña, arroz, maíz y trigo. La frontera agrícola se amplió, pero en beneficio de empresas e individuos a los que sólo les interesa exportar sus productos y aumentar sus ganancias. Recordemos de paso que Bolivia prácticamente se autoabastecía de trigo hasta la década de 1950, cuando comenzaron a llegar las “donaciones” norteamericanas de harina, que quebraron la producción local. Es interesante, pero preocupante a la vez, apuntar que el Presupuesto General del Estado Plurinacional tiene previsto para el 2011 sólo un 7% destinado a desarrollo agropecuario, pese a que en su art.16 la CPE indica que la obligación del Estado es garantizar la seguridad alimentaria.
Conscientes de la importancia de deliberar sobre temas que hacen a la calidad de vida, se está planificando el Primer Encuentro Social Alternativo Municipal, que tiene como objetivo la promoción de un proceso popular, participativo, democrático e incluyente hacia la elaboración de la Carta Orgánica del Municipio de Santa Cruz.

lucha de nuestros pueblos
Indudable demostración de apoyo a la Revolución
Discurso de Raúl Castro el 19 de abril de 2011, en la clausura del Congreso del PCC, en jornada que contó con la presencia del compañero Fidel.
Compañeras y compañeros:
Nos vamos acercando al final del Congreso, luego de intensas jornadas en las que los comunistas cubanos hemos discutido y aprobado los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, el Informe Central y diferentes resoluciones sobre los principales asuntos analizados.
Considero que la forma más digna y a la vez productiva de conmemorar el 50º Aniversario de la Victoria sobre la invasión mercenaria en Playa Girón, un día como hoy, el 19 de abril de 1961, es precisamente haber efectuado un magnífico Congreso del Partido, reunión que culmina tras algo más de cinco meses del inicio de las discusiones acerca de los Lineamientos, proceso de profundo carácter democrático y transparente, cuyo protagonismo indiscutible lo asumió el pueblo bajo la dirección del Partido.
Deseo, en nombre de los casi 800 mil militantes comunistas, de los mil delegados al Congreso, de la nueva dirección de nuestra organización y en particular, del compañero Fidel Castro Ruz, felicitar a todas las cubanas y cubanos por su decisiva participación en el debate y la indudable demostración de apoyo a la Revolución, lo cual constituye para nosotros motivo de satisfacción y lo más importante, una responsabilidad y compromiso superiores para lograr, con el concurso de todos, la actualización del modelo económico a fin de garantizar el carácter irreversible del Socialismo en Cuba.
Ya expresamos en el Informe Central que no nos hacíamos ilusiones de que los Lineamientos y las medidas a ellos asociadas, por sí solos, fueran la solución a todos los problemas existentes. Para alcanzar el éxito en esta cuestión estratégica y en las demás, es preciso que de inmediato nos concentremos en hacer cumplir los acuerdos de este Congreso, bajo un denominador común en nuestra conducta: el ORDEN, la DISCIPLINA y la EXIGENCIA.
La actualización del modelo económico no es un milagro que pueda obrarse de la noche a la mañana, como algunos piensan; su despliegue total se logrará gradualmente en el transcurso del quinquenio, pues es mucho el trabajo de detalle, planificación y coordinación, tanto en el plano jurídico como en la preparación minuciosa de todos los que intervengan en su ejecución práctica.
También será necesario desarrollar una intensa labor de divulgación a la población sobre cada medida que vayamos adoptando y al mismo tiempo, mantener los pies y los oídos bien atentos y pegados a la tierra, para superar los obstáculos que encontremos y rectificar rápidamente los fallos que cometamos en su aplicación.
Estamos convencidos de que el principal enemigo que enfrentamos y enfrentaremos serán nuestras propias deficiencias y que por tanto, una tarea de tamaña dimensión para el futuro de la nación, no podrá admitir improvisaciones ni apresuramientos. No renunciaremos a hacer los cambios que hagan falta, como nos indicó Fidel en su reflexión de ayer, los que efectuaremos al ritmo que demanden las circunstancias objetivas y siempre con el apoyo y comprensión de la ciudadanía, sin poner nunca en riesgo nuestra arma más poderosa, la unidad de la nación en torno a la Revolución y sus programas.
Sin el menor afán de chovinismo, considero que Cuba está entre el reducido número de países del mundo que cuentan con las condiciones para transformar su modelo económico y salir de la crisis sin traumas sociales porque, en primer lugar, tenemos un pueblo patriótico, que se sabe poderoso por la fuerza que representa su unidad monolítica, la justeza de su causa y preparación militar, con elevada instrucción y orgulloso de su historia y raíces revolucionarias.
Avanzaremos con decisión, a pesar del bloqueo norteamericano y las adversas condiciones imperantes en el mercado internacional, que se expresan, entre otras, en las restricciones para el acceso de Cuba a fuentes de financiamiento y la espiral de los precios del petróleo, que arrastra al resto de las materias primas y los alimentos; en pocas palabras, se encarece todo lo que adquirimos en el exterior.
A pocos meses de iniciado el 2011 y según datos muy recientes, ya se eleva a más de 800 millones de dólares el costo adicional de las importaciones del año, solo por el incremento de los precios, para adquirir las mismas cantidades planificadas, lo que nos obligará en cuanto termine el Congreso a realizar ajustes al plan aprobado endiciembre pasado.
En estos momentos el ahorro de recursos de todo tipo continúa siendo una de las fuentes principales de ingresos del país, pues todavía existen gastos irracionales e inmensas reservas de eficiencia que debemos explotar con mucho sentido común y sensibilidad política.
Pese al aceptable comportamiento obtenido hasta la fecha en la entrega de tierras ociosas en usufructo, al amparo del Decreto-Ley 259 del 2008, aún persisten miles y miles de hectáreas de superficie cultivable esperando por brazos dispuestos a extraerle los frutos que tanto demanda la población y la economía nacional y que podemos cosechar en nuestros campos para sustituir las cada vez más costosas importaciones de muchos productos, que hoy benefician a suministradores extranjeros, en lugar de a nuestros campesinos.
Lo primero que debemos hacer es cumplir lo que acabamos de aprobar en este evento y por ello no es fortuita la decisión de que el Comité Central analice en sus plenos, al menos dos veces al año, cómo se cumplen los acuerdos del Congreso, en particular la marcha de la actualización del modelo económico y la ejecución del plan de la economía.
En este sentido, debo resaltar la trascendencia de la tarea asignada a la Comisión Permanente del Gobierno para la Implementación y Desarrollo, la cual conducirá armónicamente los esfuerzos y acciones de los organismos y entidades nacionales involucrados en la actualización del modelo económico con el apoyo, en particular, del Ministerio de Economía y Planificación, que constituye el Estado Mayor del Gobierno para esta actividad del quehacer nacional.
Por otra parte, nuestros diputados tienen un mayor trabajo por delante, ya que los Lineamientos aprobados por el Congreso serán sometidos al análisis de la Asamblea Nacional del Poder Popular, para su ratificación legislativa en los sucesivos períodos de sesiones, a medida que vayamos completando la elaboración de las normativas legales correspondientes.
Como ustedes escucharon, el Congreso acordó convocar para el 28 de enero del próximo año, fecha en que se cumple el 159 aniversario del nacimiento de José Martí, la Conferencia Nacional, la cual en la práctica será una continuación del 6to Congreso, dedicada a valorar con realismo y espíritu crítico la labor del Partido y también precisar las transformaciones requeridas para ejercer el papel de fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado que le corresponde en virtud del Artículo cinco de la Constitución de la República. Asimismo, acordamos otorgar a dicha Conferencia facultades para actualizar los métodos y estilo de trabajo, estructuras y política de cuadros, incluyendo ampliar y renovar el Comité Central.
Como se expresa en su convocatoria, la Conferencia Nacional estará presidida por la determinación de “cambiar todo lo que debe ser cambiado” contenida en la brillante definición del concepto Revolución del compañero Fidel.
Para alcanzar el éxito, lo primero que estamos obligados a modificar en la vida del Partido es la mentalidad, que como barrera sicológica, según mi opinión, es lo que más trabajo nos llevará superar, al estar atada durante largos años a los mismos dogmas y criterios obsoletos. También será imprescindible rectificar errores y conformar, sobre la base de la racionalidad y firmeza de principios, una visión integral de futuro en aras de la preservación y desarrollo del Socialismo en las presentes circunstancias.
En materia de política de cuadros, con la elección del nuevo Comité Central, su Secretariado y el Buró Político, presentados en la mañana de hoy, hemos dado un primer paso para cumplimentar lo que acordamos en el Congreso, muy especialmente en lo que se refiere a iniciar un proceso gradual de renovación y rejuvenecimiento de la cadena de cargos políticos y estatales, al tiempo que se mejoró, de manera sustancial, la composición racial y de género.
El Comité Central quedó integrado por 115 miembros, de los cuales 48 son mujeres, el 41.7 por ciento, lo que más que triplica la proporción alcanzada en el congreso anterior, que fue del 13.3 por ciento. Los negros y mestizos son 36, creciendo en un 10 por ciento su representación, que asciende ahora al 31.3 por ciento.
Este resultado que, repito, es un primer paso, no es fruto de la improvisación. El Partido, desde hace varios meses, venía trabajando con profundidad en esta dirección con el propósito de conformar una candidatura que tuviera en cuenta la necesidad de lograr proporciones justas de género y raza en la membresía del Comité Central.
Fueron seleccionados de la gigantesca cantera de graduados universitarios y especialistas calificados, que la Revolución no perdió tiempo en formar. Son hijos de la clase obrera, surgidos de las entrañas más humildes del pueblo, con una vida política activa en las organizaciones estudiantiles, la UJC y el Partido; jóvenes que en su mayoría cuentan con más de 10, 15 ó 20 años de experiencia en la base, sin dejar de trabajar en las profesiones que estudiaron y casi todos fueron propuestos por los núcleos donde militan, como parte del proceso de preparación del Congreso.
Nos corresponde en lo adelante darles seguimiento y proseguir su formación para prepararlos en interés de que progresivamente, con su trabajo, puedan ocupar responsabilidades superiores.
En la integración de los órganos superiores del Partido —no obstante la salida del Comité Central de 59 compañeros, la mitad de sus miembros efectivos, la mayoría de ellos con una positiva hoja de servicios a la Revolución— nos mantuvimos varios veteranos de la generación histórica y es lógico que así sea, como una de las consecuencias de las deficiencias cometidas en este ámbito, criticadas en el Informe Central, que nos han impedido contar hoy con la reserva de sustitutos maduros y con experiencia suficiente para asumir el relevo en los principales cargos del país.
Por consiguiente, seguiremos adoptando medidas similares en esta decisiva dirección durante la próxima Conferencia Nacional del Partido y en la vida diaria de nuestro quehacer partidista, gubernamental y estatal.
El compañero Fidel Castro Ruz, fundador y Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, nos dio el primer ejemplo de actitud consecuente en esta materia, al solicitar expresamente no ser incluido en la candidatura del Comité Central.
Fidel es Fidel y no precisa de cargo alguno para ocupar, por siempre, un lugar cimero en la historia, en el presente y en el futuro de la nación cubana. Mientras tenga fuerzas para hacerlo, y afortunadamente se encuentra en la plenitud de su pensamiento político, desde su modesta condición de militante del Partido y soldado de las ideas,continuará aportando a la lucha revolucionaria y a los propósitos más nobles de la Humanidad.
En lo que a mí respecta, asumo mi última tarea, con la firme convicción y compromiso de honor de que el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba tiene como misión principal y sentido de su vida: defender, preservar y proseguir perfeccionando el Socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista.
En el Buró Político, como podrán observar, se refleja una adecuada proporción de jefes principales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Es natural que sea así, lo cual fundamento citando las palabras del compañero Fidel en el Informe Central al Primer Congreso del Partido:
El Ejército Rebelde fue el alma de la Revolución. De sus armas victoriosas emergió libre, hermosa, pujante e invencible la patria nueva […]. Cuando se fundó el Partido […] nuestro ejército, heredero a su vez del heroísmo y la pureza patriótica del Ejército Libertador y continuador victorioso de sus luchas, depositó en sus manos las banderas de la Revolución y fue a partir de ese instante y para siempre su más fiel, disciplinado, humilde e inconmovible seguidor.
Tengo sobradas razones para proclamar que las Fuerzas Armadas Revolucionarias, de las cuales albergo el orgullo de haber sido ministro por casi 49 años, nunca renunciarán a cumplir ese papel al servicio de la defensa del pueblo, del Partido, de la Revolución y el Socialismo.
La condición de miembro del Comité Central, si bien en parte había sido hasta ahora un reconocimiento a la trayectoria de lucha de los elegidos, lo cual fue justo, a partir de este momento deberá predominar el concepto de que en esencia, esa categoría representa una enorme responsabilidad frente al Partido y el pueblo, pues entre congreso y congreso, el Comité Central es el organismo superior de dirección partidista y le corresponden, según los estatutos, amplias facultades en el control de la aplicación de la política trazada y los programas de desarrollo económico y social del país, así como en la política de cuadros y la labor ideológica, entre otras.
En consonancia con ello, se requiere elevar la preparación y superación constante de sus miembros, ya que nos proponemos utilizar activamente al Comité Central en la materialización de los acuerdos del Congreso, como foro para analizar de modo colegiado, sin asomo de formalismo, los principales temas de la vida del Partido y la nación.
Lo propio haremos en el Buró Político, como le compete, por ser el organismo superior de dirección entre los plenos del Comité Central.
El Buró Político se compone de 15 miembros, reduciéndose en comparación con el anterior de 24 integrantes, cantidad que en la práctica resultó excesiva. En él ingresaron tres nuevos compañeros: Mercedes López Acea, Primera Secretaria del Comité Provincial del Partido en La Habana; Marino Murillo Jorge, Vicepresidente del Consejo de Ministros y Jefe de la Comisión Permanente del Gobierno para la Implementación y Desarrollo y Adel Yzquierdo Rodríguez, quien recientemente fue nombrado Ministro de Economía y Planificación.
Estas promociones no son casuales, en el primer caso obedece a la prioridad que el Partido concede a su labor en la capital, de más de dos millones de habitantes y en los restantes compañeros, responde a la significación estratégica de la actualización del modelo económico y el desarrollo de la economía nacional.
Mantendremos la útil práctica de reunir de conjunto, semanalmente, a la Comisión del Buró Político con el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, para evaluar los asuntos fundamentales del acontecer nacional, al tiempo que continuaremos propiciando la participación en las sesiones mensuales del Consejo de Ministros, según los temas a debatir y en calidad de invitados, a los miembros del Buró Político y del Secretariado del Comité Central, el Consejo de Estado y la presidencia de la Asamblea Nacional; los cuadros centro de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), demás organizaciones de masas y la UJC, al igual que a los primeros secretarios de los comités provinciales del Partido y los presidentes de los consejos de la Administración Provincial.
Este método ha probado su eficacia para trasmitir, sin intermediarios, a los principales dirigentes de todo el país, informaciones indispensables y orientaciones para el desempeño de sus responsabilidades.
Finalmente, a ninguno de nosotros escapa la importancia histórica que revistió para el destino de la Revolución la aplastante derrota a la invasión mercenaria de Playa Girón, como resultado de la firme, incesante y decidida acción de nuestros combatientes, que bajo el mando directo del Comandante en Jefe Fidel Castro, quien se mantuvo todo el tiempo en el teatro de operaciones donde se libraban las acciones combativas, destrozaron, en menos de 72 horas, el intento del gobierno de los Estados Unidos de crear una cabeza de playa en un apartado rincón de la patria, al cual pretendían trasladar después, desde una base militar en la Florida, un gobierno títere que solicitara a la Organización de Estados Americanos, la tristemente célebre OEA, la intervención militar de fuerzas norteamericanas, ubicadas en aguas muy cercanas, acompañando al contingente mercenario desde su salida de costas centroamericanas, como ya habían hecho en Guatemala en 1954 siete años antes, al derrocar al gobierno progresista de Jacobo Arbenz.
Sirva la ocasión para repetir las palabras de Fidel en el décimo quinto aniversario de la Victoria, el 19 de abril de 1976 cuando dijo: “A partir de Girón todos los pueblos de América fueron un poco más libres”.
En Girón, por primera vez fue empleado en defensa del socialismo en Cuba el armamento suministrado por la entonces Unión Soviética pocos meses antes, sin apenas haberlo podido asimilar completamente. Es justo, un día como hoy, reconocer que sin la ayuda de los pueblos que componían aquel inmenso país, en especial el pueblo ruso, la Revolución no hubiera podido sobrevivir en los años iniciales ante las crecientes y continuas agresiones del imperialismo y por eso les estaremos eternamente agradecidos.
Nuestra gratitud, un día como hoy, a los actuales países socialistas por su invariable cooperación y apoyo en todos estos años de duras batallas y sacrificios.
Los pueblos hermanos del Tercer Mundo, en especial los de América Latina y el Caribe, que se esfuerzan por transformar la herencia de siglos de dominación colonial saben que siempre contarán con nuestra solidaridad y apoyo.
Un caluroso saludo fraternal a los partidos comunistas y demás fuerzas progresistas de todo el planeta, que luchan sin cesar, partiendo de la firme convicción de que un mundo mejor es posible.
También deseo expresar el reconocimiento del pueblo cubano a todos los gobiernos que, año tras año, han reclamado con su voto y con su voz, en las Naciones Unidas, el cese del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a Cuba.
Finalmente, llegue nuestro agradecimiento a todas y todos aquellos que de uno u otro modo participaron en la exitosa organización y aseguramiento de este Congreso.
Creo que no existe mejor modo de celebrar el 50 aniversario del Día de la Victoria en Playa Girón, que clausurar este histórico Congreso del Partido con el simbolismo que encierra la “Elegía de los Zapaticos Blancos” del Indio Naborí, declamada vibrantemente por el actor Jorge Ryan y las emocionadas palabras de Nemesia, la niña carbonera que vio morir indefensa a su madre y las heridas producidas a su abuela y dos hermanos por la acción asesina de aviones pintados con las insignias cubanas y cuyos zapatos blancos, perforados por la metralla enemiga, se exponen en el museo de Playa Girón, como constancia material de que la Revolución se mantiene victoriosa 50 años después, rindiéndole honor a sus caídos.
Muchas gracias.

Reflexiones del compañero Fidel
Mi ausencia en el C.C.
(Tomado de CubaDebate)
Conocía el informe del compañero Raúl al Sexto Congreso del Partido.
Me lo había mostrado varios días antes por su propia iniciativa, como hizo con muchos otros asuntos sin que yo lo solicitara, porque había delegado, como ya expliqué, todos mis cargos en el Partido y el Estado en la Proclama del 31 de julio de 2006.
Fidel lee la lista de los candidatos a miembro del Comité Central.
Hacerlo era un deber que no vacilé un instante en cumplir.
Sabía que mi estado de salud era grave, pero estaba tranquilo: la Revolución seguiría adelante; no era su momento más difícil después que la URSS y el Campo Socialista habían desaparecido. Bush estaba en el trono desde el 2001 y tenía designado un gobierno para Cuba; pero una vez más, mercenarios y burgueses se quedaron con las maletas y baúles en su dorado exilio.
Los yankis, además de Cuba, tenían ahora otra Revolución en Venezuela. La estrecha cooperación entre ambos países pasará también a la historia de América como ejemplo del enorme potencial revolucionario de los pueblos con un mismo origen y una misma historia.
Entre los muchos puntos abordados en el proyecto de Informe al Sexto Congreso del Partido, uno de los que más me interesó fue el que se relaciona con el poder. Textualmente expresa: "…hemos arribado a la conclusión de que resulta recomendable limitar, a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años, el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales. Ello es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las de las primeras décadas de la Revolución, aún no consolidada y por demás sometida a constantes amenazas y agresiones."
Me agradó la idea; era un tema sobre el que yo había meditado mucho. Acostumbrado desde los primeros años de la Revolución a leer todos los días los despachos de las agencias de noticias, conocía el desarrollo de los acontecimientos en nuestro mundo, aciertos y errores de los Partidos y los hombres. Abundan los ejemplos en los últimos 50 años.
No los citaré para no extenderme ni herir susceptibilidades. Albergo la convicción de que el destino del mundo podía ser en este momento muy distinto sin los errores cometidos por líderes revolucionarios que brillaron por su talento y sus méritos. Tampoco me hago la ilusión de que en el futuro la tarea será más fácil, sino al revés.
Digo simplemente lo que a mi juicio considero un deber elemental de los revolucionarios cubanos. Mientras más pequeño sea un país y más difíciles las circunstancias, más obligado está a evitar errores.
Debo confesar que no me preocupé realmente nunca por el tiempo que estaría ejerciendo el papel de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y Primer Secretario del Partido. Era además, desde que desembarcamos, Comandante en Jefe de la pequeña tropa que tanto creció más tarde. Desde la Sierra Maestra había renunciado a ejercer la presidencia provisional del país después de la victoria que desde temprano avizoré para nuestras fuerzas, bastante modestas todavía en 1957; lo hice porque ya las ambiciones con relación a ese cargo estaban obstruyendo la lucha.
Fui casi obligado a ocupar el cargo de Primer Ministro en los meses iniciales de 1959.
Raúl conocía que yo no aceptaría en la actualidad cargo alguno en el Partido; él había sido siempre quien me calificaba de Primer Secretario y Comandante en Jefe, funciones que, como se conoce, delegué en la Proclama señalada cuando enfermé gravemente. Nunca intenté ni podía físicamente ejercerlas, aun cuando había recuperado considerablemente la capacidad de analizar y escribir.
Sin embargo, él nunca dejó de transmitirme las ideas que proyectaba.
Surge otro problema: la Comisión Organizadora estaba discutiendo el número total de miembros del Comité Central que debían proponer al Congreso. Con muy buen criterio, ésta apoyaba la idea sostenida por Raúl de que en el seno del Comité Central se incrementara la presencia del sector femenino y la de los descendientes de esclavos procedentes de África. Ambos eran los más pobres y explotados por el capitalismo en nuestro país.
A su vez, había algunos compañeros que, ya por sus años o su salud, no podrían prestar muchos servicios al Partido, pero Raúl pensaba que sería muy duro para ellos excluirlos de la lista de candidatos. No vacilé en sugerirle que no se excluyera a esos compañeros de tal honor, y añadí que lo más importante era que yo no apareciera en esa lista.
Pienso que he recibido demasiados honores. Nunca pensé vivir tantos años; el enemigo hizo todo lo posible por impedirlo; incalculable número de veces intentó eliminarme, y yo muchas veces "colaboré" con ellos.
A tal ritmo avanzó el Congreso que no tuve tiempo de transmitir una palabra sobre el asunto antes de que recibiera las boletas.
Alrededor del mediodía Raúl me envió con su ayudante una boleta, y pude ejercer así mi derecho al voto como delegado al Congreso, honor que los militantes del Partido en Santiago de Cuba me otorgaron sin que yo supiera una palabra. No lo hice mecánicamente. Leí las biografías de los nuevos miembros propuestos. Son personas excelentes, varias de las cuales había conocido en el lanzamiento de un libro sobre nuestra guerra revolucionaria, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, en los contactos con los Comités de Defensa de la Revolución, las reuniones con los científicos, con los intelectuales y en otras actividades. Voté y hasta pedí fotos del momento en que ejercía ese derecho.
Recordé también que me falta bastante todavía de la historia sobre la Batalla de Girón. Trabajo en ella y estoy comprometido a entregarla pronto; tengo en mente además escribir sobre otro importante acontecimiento que vino después.
¡Todo antes de que el mundo se acabe!
¿Qué les parece?
Fidel Castro Ruz
Abril 18 de 2011
4 y 55 p.m.


Reflexiones del compañero Fidel
El Norte revuelto y brutal
(Tomado de CubaDebate)
Estaba leyendo materiales y libros en abundancia para cumplir mi promesa de continuar la Reflexión del 14 de abril sobre la Batalla de Girón, cuando eché una ojeada a las noticias frescas de ayer, que son abundantes como todos los días. Se pueden acumular montañas en cualquier semana, que van desde el terremoto en Japón, al triunfo de Ollanta Humala sobre Keiko, hija de Alberto Fujimori, expresidente de Perú.
Perú es gran exportador de plata, cobre, zinc, estaño y otros minerales; posee grandes yacimientos de uranio que poderosas transnacionales aspiran a explotar. Del uranio enriquecido salen las más terribles armas que conoció la humanidad, y el combustible de las centrales electronucleares que, pese a las advertencias de los ecologistas, se estaban construyendo a ritmo acelerado en Estados Unidos, Europa y Japón.
No sería justo, desde luego, culpar a Perú de esto. Los peruanos no crearon el colonialismo, el capitalismo y el imperialismo. Tampoco se puede culpar al pueblo de Estados Unidos, que es también víctima del sistema que ha engendrado allí a los políticos más atolondrados que ha conocido el planeta.
El pasado 8 de abril los amos del mundo dieron a la luz su acostumbrado informe anual sobre las violaciones de los "derechos humanos", que motivó un agudo análisis en el sitio web Rebelión, suscrito por el cubano Manuel E. Yepe, basado en la respuesta del Consejo de Estado de China, enumerando hechos que demuestran la desastrosa situación de tales derechos en Estados Unidos.
"…Estados Unidos es el país donde más se agreden los derechos humanos, tanto en su propio país como en todo el mundo, y es una de las naciones que menos garantiza la vida, la propiedad y la seguridad personal de sus habitantes.
"Cada año, una de cada 5 personas es víctima de un crimen, la tasa más alta del planeta. Según cifras oficiales, las personas mayores de 12 años sufrieron 4,3 millones de actos violentos.
"La delincuencia creció alarmantemente en las cuatro mayores ciudades del país (Filadelfia, Chicago, Los Ángeles y Nueva York) y se registraron notables incrementos respecto al año previo en otras grandes urbes (San Luis y Detroit).
"El Tribunal Supremo dictaminó que la posesión de armas para la defensa personal es un derecho constitucional que no puede ser ignorado por los gobiernos estaduales. Noventa de los 300 millones de habitantes del país poseen 200 millones de armas de fuego.
"En el país se registraron 12.000 homicidios causados por armas de fuego, mientras que el 47 por ciento de los robos se cometieron igualmente con uso de armas de fuego.
"A la sombra de la sección de ‘actividades terroristas’ del Acta Patriótica, la tortura y la extrema violencia para obtener confesiones de sospechosos son prácticas comunes. Las condenas injustas se evidencian en las 266 personas, 17 de ellas ya en el corredor de la muerte, que han sido absueltas gracias a pruebas de ADN.
"Washington aboga por la libertad en Internet para hacer de la red de redes una importante herramienta diplomática de presión y hegemonía, pero impone estrictas restricciones en el ciberespacio en su propio territorio y trata de establecer un cerco legal para lidiar con el desafío que representa Wikileaks y sus filtraciones.
"Con una alta tasa del desempleo, la proporción de ciudadanos estadounidenses que vive en la pobreza alcanzó un nivel récord. Uno de cada ocho ciudadanos que participó el pasado año en los programas de cupones para alimentos.
"El número de familias acogidas en centros para desamparados aumentó un 7 por ciento y las familias tuvieron que permanecer más tiempo en los centros de acogida. Los delitos violentos contra estas familias sin techo aumentan sin cesar.
"La discriminación racial permea cada aspecto de la vida social. Los grupos minoritarios son discriminados en sus empleos, tratados de manera indigna y no son tenidos en cuenta para ascensos, beneficios o procesos de selección laboral. Un tercio de los negros sufrió discriminación en sus lugares de trabajo aunque sólo el 16 % se atrevió a elevar queja.
"La tasa de desempleo entre los blancos es de un 16,2 %, entre hispanos y asiáticos del 22 %, y entre los negros es del 33 %. Los afroamericanos y los latinos representan el 41 por ciento de la población carcelaria. La tasa de afroamericanos cumpliendo cadena perpetua es 11 veces más alta que la de blancos.
"El 90 por ciento de las mujeres ha sufrido discriminación sexual de algún tipo en su lugar de trabajo. Veinte millones de mujeres son víctimas de violación, casi 60.000 presas han sufrido agresión sexual o violencia. Una quinta parte de las estudiantes universitarias son agredidas sexualmente y el 60 por ciento de las violaciones en campus universitarios ocurre en los dormitorios femeninos.
"Nueve de cada diez estudiantes homosexuales, bisexuales o transexuales sufren acoso en el centro escolar.
"El Informe dedica un capítulo a recordar las violaciones de los derechos humanos de que es responsable el gobierno de Estados Unidos fuera de sus fronteras. Las guerras de Irak y Afganistán, dirigidas por EE.UU., han causado cifras exorbitantes de víctimas entre la población civil de estos países.
"Las acciones ‘antiterroristas’ de EE.UU. han incluido graves escándalos de abuso a prisioneros, detenciones indefinidas sin cargos o juicios en centros de detención como el de Guantánamo y otros lugares del mundo, creados para interrogar a los denominados ‘presos de gran valor elevado’ donde se aplican las peores torturas.
"También recuerda el documento chino que EE.UU. ha violado el derecho a existir y desarrollarse a la población cubana sin acatar la voluntad mundial expresada por la Asamblea General de la ONU durante 19 años consecutivos sobre ‘La necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba’.
"EE.UU. no ha ratificado convenciones internacionales sobre los derechos humanos como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de la Discriminación contra la Mujer; la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Convención sobre los Derechos del Niño.
"Los datos que aporta el recuento presentado por el gobierno chino demuestran que el funesto historial de EE.UU. en este terreno lo descalifican como ‘juez de los derechos humanos en el mundo’. Su ‘diplomacia de los derechos humanos’ es pura hipocresía de doble rasero al servicio de sus intereses imperiales estratégicos. El gobierno chino aconseja al gobierno de EE.UU. que tome medidas concretas para mejorar su propia situación en derechos humanos, que examine y rectifique sus actividades en ese terreno y detenga sus actos hegemónicos consistentes en utilizar los derechos humanos para interferir en los asuntos internos de otros países".
Lo importante de este análisis, a nuestro juicio, es que se haga tal denuncia en un documento suscrito por el Estado chino, un país de 1.341 millones de ciudadanos, que posee 2 millones de millones de dólares en sus reservas monetarias, sin cuya cooperación comercial el imperio se hunde. Me parecía importante que nuestro pueblo conociera los datos precisos contenidos en el documento del Consejo de Estado chino.
Si Cuba lo dijera, carecería de importancia; llevamos más de 50 años denunciando a esos hipócritas.
Martí había dicho hace 116 años, en 1895: "…el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América, al Norte revuelto y brutal que los desprecia…".
"Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas".
Fidel Castro Ruz
Abril 23 de 2011
7 y 32 p.m.

Sexto congreso del Partido Comunista de Cuba
Un congreso de la nación
Ángel Guerra Cabrera
De la cresta de una ola popular emergió el sexto congreso del Partido Comunista de Cuba que sesionó entre el 14 y el 19 de abril. La marcha de los habaneros en la mañana del 14, recordando a los mártires y la victoria en Playa Girón, mostró cuánto había calado en el pueblo la reunión partidista así como su clara conciencia de lo que significaba para el futuro de la revolución. Sólo alguien muy insensible podía no sentirse conmovido ante la combatividad de todos y la alegría de los contingentes juveniles y estudiantiles en la multitud que invadió la gigantesca Plaza de la Revolución. No marchaban para protestar, ni para pedir otra cosa que la defensa y perfeccionamiento del socialismo, ni mucho menos para exigir la renuncia del gobierno, sino para apoyarlo y alentarlo, para decir que siguen siendo los mismos que hace 50 años hicieron posible la primera derrota del imperialismo yanqui en América.
La estirpe revolucionaria de ese pueblo es la de entonces, pero ahora es mucho más instruido, diverso y culto políticamente, como pudo confirmarse en los sustanciosos debates populares que antecedieron al congreso y en las comisiones de trabajo de éste. Y es que lo que allí se hizo fue dar los toques finales al Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del partido y la revolución, que ya en ese momento constituían un mandato de gran parte del pueblo cubano en cuanto al profundo cambio de conceptos, estructuras y mentalidad que exige la preservación y perfeccionamiento del socialismo en Cuba. Como apuntó Raúl Castro en su informe al congreso: No sería infundado expresar que, en su esencia, el congreso ya se celebró en medio de ese magnífico debate con la población. Tomando como base las propuestas formuladas en 163 mil reuniones, más de dos tercios de los lineamientos fueron modificados antes de redactar la versión finalmente presentada a los mil delegados al congreso. En síntesis, en una fluida interacción entre el pueblo y el partido, fue decidido el futuro de la revolución y, por tanto, de la nación. Significativo contraste con lo que se practica en las democracias de libre mercado donde despóticamente, sin consulta alguna a los afectados, se hipoteca el futuro de generaciones con los planes de ajuste y reformas con tal de continuar enriqueciendo a una elite insensible y codiciosa.
El informe y las conclusiones del congreso presentados por Raúl así como los mencionados lineamientos son documentos de gran interés para quienes luchan por alternativas a la suicida y devastadora globalización neoliberal y también para los convencidos de que el socialismo en sus diversas formas nacionales es lo único que ofrece una alternativa viable a la amenaza de desaparición de nuestra especie entrañada en el capitalismo. Raúl planteó crudamente dos problemas centrales: uno es el indispensable cambio de mentalidad de los cuadros del partido y del Estado como requisito para introducir los grandes cambios que requieren la economía y la sociedad cubanas, y el otro, el de la incapacidad mostrada por la organización partidista para crear una reserva de sustitutos de la generación histórica y para que sus órganos de dirección sean verdaderamente representativos en raza y género de la composición del pueblo cubano. Dos tareas en las que ya viene trabajando el partido hace meses y en las que va la vida de la revolución. En el nuevo Comité Central se registra un incremento importante en el número de negros, mestizos y mujeres pero será la conferencia del partido, en enero próximo, la que abordará a fondo esta problemática.
A Raúl se le vio en las sesiones del congreso, en su peculiar estilo, como el estadista de altos quilates que se veía venir en él, ahora más delineado en una personalidad profundamente crítica y autocrítica, transparente y exigente, aglutinadora no sólo del partido sino de todas las corrientes políticas y denominaciones religiosas patrióticas que conviven en la sociedad cubana. El fomento de la unidad nacional fue subrayado en su informe como misión primordial del partido así como la política exterior latinoamericanista y tercermundista.
Aunque ninguna otra persona puede sustituir a alguien tan excepcional como Fidel, Raúl está demostrando convincentemente que es su digno sucesor. Con la fortuna, además, de seguir disponiendo del comandante como consejero y arma estratégica de la revolución: soldado, como se asume a sí mismo, de la batalla de ideas.

Congreso del Partido Comunista de la Nación Cubana y Democracia
Por Arnold August
El Artículo 5 de la Constitución cubana estipula que el Partido Comunista de Cuba es la “vanguardia organizada de la nación cubana”. La relación simbiótica entre el Partido y la nación ha sido demostrada numerosas veces durante las décadas transcurridas desde el establecimiento del Partido en 1965.
Esta herencia singular tiene sus raíces en el Partido Revolucionario Cubano establecido por José Martí en 1892 el cual fue tan exitoso en su orientación política, estrategia militar y organización que el Partido Revolucionario Cubano llevó a la nación a derrotar a los colonialistas españoles en 1898; victoria ésta robada por los Estados Unidos en el último momento. En la Sierra Maestra desde diciembre 1956 hasta el 1 de enero de 1959, la victoria que se escapó del pueblo cubana en el siglo anterior, fue finalmente alcanzada.
Esto tuvo lugar, entre otros factores, gracias a los indestructibles lazos entre las fuerzas dirigentes en esos momentos, por un lado el Movimiento 26 de Julio y el Ejército Rebelde liderado por Fidel Castro y del otro lado los sectores más humildes del pueblo cubano. Más an, describir esta relación simplemente en términos de lazos y vínculos sería en realidad subestimar el hecho de que el liderazgo y el pueblo eran solo uno.
¿Cómo es entonces posible que esa pequeña fuerza derrotara a un enemigo tan poderoso como los Estados Unidos? La histórica victoria en Playa Girón probó ser una segunda instancia demostrando la unidad entre el liderazgo y el pueblo, que de hecho lucharon una guerra defensiva de todo el pueblo en contra de la invasión mercenaria apoyada por los Estados Unidos. Esta es la tradición en cuyo principio el Partido Comunista de Cuba, como vanguardia organizada de la nación, está basado y se ha nutrido.
El Sexto Congreso del Partido es el último de los muchos ejemplos en esta tradición. Cuba, en una coyuntura crítica de su historia, comenzó la discusión masiva en 2007 sobre la base del ahora famoso discurso de Raúl Castro el 26 de Julio de ese año; él exhorto a sus compatriotas a exponer abiertamente sus preocupaciones y sugerencias para tratar los complejos problemas que atraviesa la nación. Así lo hicieron, y después de un proceso serio y metódico la dirección del país elaboró el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Tan pronto como este Proyecto de Lineamientos fue difundido, comenzó de hecho el Sexto Congreso del Partido con los debates y las discusiones en los centros de trabajo y estudio y en los barrios. Raúl Castro anunció en su Informe al Congreso el 16 de abril que desde diciembre 1 de 2010 hasta febrero 28 de 2011, cerca de nueve millones de personas participaron en más de 163.000 reuniones en las que más de tres millones contribuyeron con sus opiniones y sugerencias. Describir esta consulta como hizo Raúl en términos de  un “referéndum popular” no es en modo alguno algo exagerado. El resumen de las discusiones, cambios, propuestas, modificaciones, adiciones y supresiones es en sí un testimonio fehaciente del debate efectivo que tuvo lugar a todos los niveles de la sociedad cubana [1].  El documento elaborado como resultado de este proceso fue lo que recibieron los delegados electos al Congreso. El documento llegó a sus manos incluso antes del inicio de las discusiones de modo que pudieran prepararse anticipadamente con esta versión revisada a partir de las opiniones de las organizaciones de base en las cuales ellos fueron electos. Las deliberaciones del Congreso en las Comisiones probaron ser una impresionante y viva escena de debates, discusiones y propusieron cambios que resultaron en una serie de dictámenes a ser tomados en cuenta para elaborar lo que probablemente será una nueva versión, la final, para fortalecer el socialismo y la Revolución.
El tema de los estrechos, indestructibles vínculos entre el liderazgo y el pueblo, la vanguardia del Partido Comunista y la nación, toma una suerte de giro personal y emocional con las tres reflexiones de Fidel durante el periodo de cuatro días del Congreso. La primera tuvo que ver con la parada militar del 16 de abril y la manifestación de las habaneras y habaneros en respaldo a la Revolución y al socialismo. En la segunda, ofreció sus pensamientos acerca de los debates del Congreso y en la tercera acerca de la composición del Comité Central y su ausencia en tan importante cuerpo. En el estilo único que le es característico a este icónico líder revolucionario, sus ideas respondieron a lo que estaba en la mente de la inmensa mayoría del pueblo cubano (y de muchos de nosotros, observadores extranjeros, también). Fue de este modo que trató con los aliados campesinos en 1957- 58; de modo similar con las personas de todas las diversas procedencias en las Primera y Segunda Declaración de la Habana (1960, 1962) en los intercambios con multitudes cercanas al millón de personas en cada ocasión. Ahí está, por supuesto, la proclamación el 16 de abril de 1961 del Carácter Socialista de la Revolución que emergió como algo espontáneo de la interacción dialéctica del líder con el pueblo.
El título de este artículo incluye el término “democracia”. No obstante, él no ha sido usado en el artículo hasta ahora. No existe una definición universal de democracia; el universalismo es usado por los poderes que tienen su base en los Estados Unidos y en muchos países europeos como un pretexto para definir la democracia del modo más arbitrario y entonces usar su propia definición con el más evidente doble rasero, para tratar de imponer su dominación sobre el mundo, especialmente el Tercer Mundo. Cuba, como ejemplificamos en lo expuesto anteriormente, forja su propia democracia en el curso de luchas, lo que incluye la relación del Partido Comunista y la nación.
Para aquellos de nosotros que prestan de cerca atención a este muy controversial tema de la democracia, con lo ejemplificado en el Congreso, su preparación y el desarrollo efectivo, parecían estar llegando a su fin las valiosas lecciones. No obstante, el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, subió al podio. El se refirió a una institución completamente diferente, que no es el Partido, son el Estado, el Gobierno y las Elecciones a estas instancias. Presentó la “Resolución sobre el Perfeccionamiento de los Órganos del Poder Popular, el Sistema Electoral y la División Político Administrativa” del país. Su esencia es perfeccionar aún más el Poder Popular en Cuba y el sistema electoral buscando hacerlo más democrático y participativo. Una vez que sean elaboradas las sugerencias y sean propuestas a la Asamblea Nacional, los diputados electos por todos los ciudadanos trabajarán en los cambios sugeridos.
Para quienes en el mundo sienten interés verdadero en la democracia Cubana, aquí están los hechos: la experiencia del Congreso y éste llamado a perfeccionar aun más el Poder Popular. ¡Qué mejores argumentos para contrarrestar cualquier presión ideológica y política en contra de Cuba y su sistema político! Pero siempre será el pueblo cubano quien determine su tipo de democracia, ¡nadie más!

¿Es aplicable el modelo chino o vietnamita en Cuba?
Julio A. Díaz Vázquez*
El Proyecto de lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución y la medular intervención del segundo secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro Ruz, en la clausura del VI Período ordinario de sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (18/12/2010), han dado origen a los más disímiles criterios sobre el documento que discutió todo el pueblo cubano. En el ciberchancleteo que circula en el país; en comentarios generados en el exterior, unos bien intencionados y otros no tanto, comentan y especulan sobre la pertinencia que pudieran tener, para Cuba, las experiencias de las políticas económicas de la Reforma y Apertura, en China; y la de Renovación, en Viet Nam.
Acerca de la conveniencia de aprender o ilustrarse acerca de los cambios operados en esas economías en los últimos treinta años, considero —siempre abierto al debate— de utilidad e interés puntualizar lo siguiente:
1) El derrumbe del socialismo en Europa del Este y la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas (URSS) enterró la concepción de un modelo típico socialista inspirado en generalidades teóricas de la experiencia soviética. China, entre 1953 y 1957 tomó prestadas algunas de las características ensayadas en la URSS. Entre 1958 y 1976 —excepto el interregno 1961-1965, llamado de reajustes, consolidación, completamiento y elevación— intentó crear otro modelo de socialismo. Primero impulsó las Comunas Populares; después desplegó la Revolución Cultural. Entre 1978 y 2010, ha aplicado con reconocido éxito una política económica innovadora que catapulta al país a los primeros planos mundiales.
2) Terminada la cruenta lucha de liberación nacional de más de treinta años, Viet Nam logró la reunificación del país en 1975. Se llevó a todo el territorio nacional el modelo de economía centralizada que rigió en el Norte; con la salvedad de que el presupuesto era financiado en cerca de 80% por la ayuda socialista y, en particular, de la URSS. El intento naufragó; dio paso a una situación crítica: las hambrunas costaron al país miles de vidas. Desde la segunda mitad de los años 80 fue introducida la política económica de renovación. En los últimos veinte años, el Producto Interno Bruto (PIB) creció en promedios anuales superiores a 6%. Entre otros enfáticos logros productivos, convirtió al país en exportador de café y segundo mundial de arroz; los niveles de pobreza de la población disminuyeron hasta 10%.
3) El fracaso del socialismo en Europa, las transformaciones en China y Viet Nam, y las menos apreciables de la República Popular Democrática de Corea, apuntan a la formación de otros modelos socialistas alejados de la teoría y la práctica del socialismo real. El avance en la creación de patrones propios refuerza la tendencia a la pluralidad, de acuerdo con las condiciones y experiencias de cada país y con las cambiantes realidades marcadas por el curso geopolítico-estratégico del siglo XXI. En Cuba, al emprender la actualización del modelo económico, se reafirma que revolución, socialismo, soberanía e independencia nacional están estrechamente unidos.
4) Resulta positivo seguir lo que acontece en las economías china y vietnamita; pero las diferencias geográficas, socioculturales y otras circunstancias marcan distancias que no deben ignorarse. Además, crecimiento y desarrollo son imperativos para no ser apartados del camino; China y Viet Nam optaron por aceptar el reto de la globalización y entrar a competir con esas reglas en la economía mundial. Cuba, en América Latina, enfrenta su propio desafío globalizador para reinsertarse en la dinámica económica internacional, agravada por la hostilidad y el bloqueo de los Estados Unidos. Sin embargo, hay elementos que no deben perderse de vista:
• En Cuba, la mayoría de la población, 75% es urbana. China y Vietnam se distinguen por todo lo contrario: cerca de 56% y 80% respectivamente de sus habitantes viven en zonas rurales. Lo que, en buena medida, explica los enormes esfuerzos que el despliegue económico modernizador ha exigido para incorporar el mercado a la dirección económica y la gestión empresarial en los dos países asiáticos. Cuba se caracterizó históricamente por una economía agraria, pero no campesina como la china o la vietnamita.
• La extensión territorial y la población marcan diferencias regionales, zonas de pobreza, comunicaciones, etc., que tienen influencias evidentes para acelerar o retardar las políticas innovadoras. China presenta las mayores disparidades. Viet Nam, además del atraso secular y subdesarrollo de su economía, enfrenta la creciente brecha entre el Norte-Sur del país. Las regiones de Cuba no presentan diferencias tan acentuadas.
• En lo cultural, China reabrió el debate de finales del siglo XIX e inicios del XX con la difusión de influencias intelectuales que abogaban porque el país se abriera a Occidente en la captación de tecnologías e instituciones democráticas. Viet Nam, colonia francesa por muchos años, estuvo más abierto a estas tendencias. Cuba, por el contrario, tiene sus raíces nacionales y culturales dentro de la tradición occidental. Tampoco debemos pasar por alto que las dos naciones asiáticas acumulan una vida cultural y aldeana de miles de años; la estructura y la tradición familiar han tenido papeles muy diferentes en los asentamientos humanos asiáticos y cubano.
5) ¿Qué puede ser válido de las experiencias china y vietnamita? a) Prueban que el modelo soviético no era reformable. b) Los cambios introducidos, tanto por la reforma y apertura en China como la renovación en Viet Nam, fueron impulsados por dirigentes históricos. Están conduciendo a la formación de modelos diferentes al conocido del socialismo real. c) Parece útil ensayar la institucionalización de las relaciones de mercado. Sin olvidar que, el mercado, como Jano tiene dos caras. Una, la estimulación de la producción y el comercio, el incremento de los incentivos al trabajo, la saturación de las vidrieras, etc., además de la diferenciación de los productores. La otra, la exacerbación de la codicia, sentimientos e instintos bajos, el egoísmo y el individualismo. Lo creativo radicaría sacar provecho del primer rostro y poner freno social a las deformaciones del segundo semblante. El mercado por su naturaleza no es capitalista ni socialista. d) No poner frenos e incentivar la creatividad de todos los ciudadanos. e) Estudiar el efectivo papel desempeñado por las industrias rurales en China.
6) Tanto la experiencia vietnamita como la china comenzaron por reformar las relaciones agrarias. En el primer caso, se trataba de resolver con urgencia la falta de alimentos; en el segundo, el apremio no era tan presionante, pero era necesario excluir las amenazas de las hambrunas recurrentes, asegurar el crecimiento continuo de la producción, elevar el nivel de vida del campesinado, eliminar las importaciones, y asegurar un consenso nacional mayoritario que apoyara el proceso de reformas. En China, la entrega de la tierra, bajo el contrato familiar, se distribuyó según el número de miembros de la familia; el tiempo de la contrata ha variado desde el arranque inicial; en la actualidad es por treinta años, con derecho a renovación por igual periodo; con la potestad de trasmitirlo en herencia y el arriendo. Inicialmente, el campesino entregó a la cooperativa el 70% de la cosecha y el restante 30% lo comercializó en el mercado. Progresivamente la cantidad a entregar disminuyó, elevándose la parte vendida libremente. Se puso fin a la práctica del socialismo conocido de vender caro y comprar barato en las relaciones campo-ciudad.
7) Otros factores que es necesario considerar: Adecuar el funcionamiento de la economía a patrones que incorporen el mercado, partiendo de regímenes de dirección centralizados, requiere de la gradualidad como una de sus condiciones básicas. China inició la reforma y apertura sin grandes tensiones internas y de modo pragmático. En Viet Nam, la renovación comenzó desde un punto crítico. Ambas experiencias han debido enfrentar, con mayor o menor éxito, la organización de las infraestructuras normativo-jurídico-económico-financieras indispensables para lograr el normal desenvolvimiento de las relaciones monetario-mercantiles.
8) La reforma y apertura en China como la renovación en Viet Nam comenzaron priorizando la esfera económica. En ambos casos se trataba de resolver, en mayor o menor medida, problemáticas apremiantes; ampliar la base social que concitara el apoyo al proceso renovador que, dado el éxito logrado en el despegue agrario, creó impulsos para extenderlo a otras esferas de la economía; y al mismo tiempo, aislaran a los sectores conservadores y retardatarios. Las dos prácticas tienen a su favor el haber sido los respectivos Partidos quienes desencadenaran las transformaciones económico-sociales-políticas. Especial énfasis han dedicado al mantenimiento de la estabilidad social.
9) Tanto China como Viet Nam han debido vencer la tarea subjetiva, pero capital, de liberar las mentes. La actualización del modelo económico en Cuba parte de decenios de prácticas en la gestión y dirección centralizadas de la economía; y además hay que superar las prácticas y vestigios creados por políticas socioeconómicas paternalistas. El ordenamiento jurídico y el respeto a la ley son indispensables para que arraiguen los nuevos patrones. Más de una generación tendrá que superar el trauma creado por la desaparición de una realidad y adecuarse a otra muy distinta.
10) Los programas socioeconómicos para 2011-2015, en ambos países asiáticos, entre otras cuestiones inaplazables, ponen el acento en superar los atrasos en las áreas de educación y salud, disminuir las diferencias regionales, los niveles de pobreza, las desigualdades en los ingresos urbanos y rurales, frenar la degradación del medio ambiente y elevar el acceso al agua potable. Con ello intentan, en parte, responder a los desequilibrios creados por el accionar del mercado, el énfasis en políticas de desarrollo, herencias del pasado neocolonial, siglos de atraso o factores de la coyuntura internacional.
11) La esfera política no queda al margen de las transformaciones; aunque analistas nacionales o extranjeros señalan que en Viet Nam han avanzado más que en China. El accionar de los órganos del poder estatal ha fortalecido la participación ciudadana; mientras que en el Partido han ido ganando mayores espacios la participación colectiva y las responsabilidades. Las dos prácticas implementan medidas legales, profilácticas y administrativas, e imponen severas sanciones a las prácticas corruptas, tanto a nivel estatal como en el Partido o en las empresas.
12) De conjunto, lo acaecido en China y en Viet Nam durante los procesos de modernización o renovación de los principios en que funcionaron las dos economías debe concitar al estudio y valoración, tanto de lo valioso como de los efectos desfavorables que ha implicado incorporar las palancas mercantiles al desempeño de la dirección de la economía y los elementos de mercado a la gestión empresarial. Ello permitiría estar preparados para sacar provecho de la fisonomía positiva del mercado y poner freno al talante pernicioso de la relación monetario-mercantil.
* Julio A. Díaz Vázquez es Profesor Consultante del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional,  Universidad de La Habana
Fuente: Rebelión

Una voz silenciada, muchas voces indignadas
Jaime A Moreno
2011-04-24-Jaime A Moreno-Es pues una pena decirlo pero la contraprestación con el gobierno de Santos de su nuevo amigo era esta y tal vez  muchas otras que debemos esperar para dolor de nuestros  pueblos. Se esta imponiendo la lógica de los estados burgueses por encima de la de los pueblos, así que  la burocracia bolivariana esta de plácemes, pero no por ello engañaran a su pueblo, los pueblos van conociendo la verdadera catadura de sus amigos-enemigos. En Colombia lo hemos clarificado con 60 años de conflicto.
Miremos la lógica: Un periodista revolucionario  colombiano exiliado por el régimen que hace oposición utilizando los únicos canales por donde se puede hacer oposición sin que medie la muerte, el internet y  que no ha sido  apresado  en ningún país europeo porque  goza del  derecho de asilo, es detenido por  los muy acuciosos "hermanos bolivarianos"  y deciden hacerlo mediáticamente , como si fuese un falso positivo periodístico para  "congraciarse"   con el fascismo colombiano,  mostrándolo seguramente como una presa para acallar las voces que se solidarizan con  la insurgencia revolucionaria y Bolivariana colombiana, cualquiera dirá el mundo al revés. 
!No es el mundo al revés¡ Lo que estamos observando con este infausto hecho , es la pelea entre el idealismo burgués y el materialismo revolucionario,  los bolivarianos del petróleo han resuelto confrontar  al marxismo, al leninismo y al mismo bolívar, obviamente no todos, y por ello su eclecticismo pragmático coyuntural mas cercano a la reacción que a los verdaderos saltos cualitativos en conciencia revolucionaria que se requieren para enfrentar al imperio.
 la captura del periodista Joaquín Pérez Becerra de  ANNCOL, agencia de noticias de la nueva Colombia,  es una concesión vergonzosa al imperio, eso no tiene otros calificativos. El comandante Chávez tendrá una oportunidad más de aclararnos si en verdad la retórica revolucionaria corresponde a los hechos revolucionarios, solo los hechos hablan, comandante no se le olvide. tampoco se le olvide que en Colombia hay un muro de contención para que nos tenga soñando a muchos.
Ahora bien, seria bueno saber cuales son las directrices bolivarianas sobre el conflicto en Colombia, si son las emanadas por el comandante o corresponden a una incrustada  burocracia de camisetas rojitas que no entiende ni mu, o tal vez entienden demasiado de quienes son  los verdaderos aliados de la revolución Venezolana mas allá de la frontera oeste de su país.
Jaime A Moreno
Investigador, docente, escritor

Lecturas
V. I. Lenin
Sobre el Estado
Conferencia pronunciada en la Universidad Sverdlov*
el 11 de julio de 1919
Primera publicación: El 18 de enero de 1929, en Pravda, núm 15.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 1 enero 2001.

Camaradas**, el tema de la charla de hoy, de acuerdo con el plan trazado por ustedes que me ha sido comunicado, es el Estado. Ignoro hasta qué punto están ustedes al tanto de este tema. Si no me equivoco, sus cursos acaban de iniciarse, y por primera vez abordarán sistemáticamente este tema. De ser así, puede muy bien ocurrir que en la primera conferencia sobre este tema tan difícil yo no consiga que mi exposición sea suficientemente clara y comprensible para muchos de mis oyentes. En tal caso, les ruego que no se preocupen, porque el problema del Estado es uno de los más complicados y difíciles, tal vez aquel en el que más confusión sembraron los eruditos, escritores y filósofos burgueses. No cabe esperar, por lo tanto, que se pueda llegar a una comprensión profunda del tema con una breve charla, en una sola sesión. Después de la primera charla sobre este tema, deberán tomar nota de los pasajes que no hayan entendido o que no les resulten claros, para volver sobre ellos dos, tres y cuatro veces, a fin de que más tarde se pueda completar y aclarar lo que no hayan entendido, tanto mediante la lectura como mediante diversas charlas y conferencias. Espero que podremos volver a reunirnos y que podremos entonces intercambiar opiniones sobre todos los puntos complementarios y ver qué es lo que ha quedado más oscuro. Espero tambien, que además de las charlas y conferencias dedicarán algún tiempo a leer, por lo menos, algunas de las obras más importantes de Marx y Engels. No cabe duda de que estas obras, las más importantes, han de encontrarse en la lista de libros recomendados y en los manuales que están disponibles en la biblioteca de ustedes para los estudiantes, de la escuela del Soviet y del partido; y aunque, una vez más, algunos de ustedes se sientan al principio, desanimados por la dificultad de la exposición, vuelvo a advertirles que no deben preocuparse por ello; lo que no resulta claro a la primera lectura, será claro a la segunda lectura, o cuando posteriormente enfoquen el problema desde otro ángulo algo diferente. Porque, lo repito una vez más, el problema es tan complejo y ha sido tan embrollado por los eruditos y escritores burgueses, que quien desee estudiarlo seriamente y llegar a dominarlo por cuenta propia, debe abordarlo varias veces, volver sobre él una y otra vez y considerarlo desde varios angulos, para poder llegar a una comprensión clara y definida de él. Porque es un problema tan fundamental, tan básico en toda política y porque, no sólo en tiempos tan turbulentos y revolucionarios como los que vivimos, sino incluso en los más pacíficos, se encontrarán con él todos los días en cualquier periódico, a propósito de cualquier asunto económico o político, será tanto más fácil volver sobre él. Todos los días, por uno u otro motivo, volverán ustedes a la pregunta: ¿que es el Estado, cuál es su naturaleza, cuál es su significación y cuál es la actitud de nuestro partido, el partido que lucha por el derrocamiento del capitalismo, el partido comunista, cuál es su actitud hacia el Estado? Y lo más importante es que, como resultado de las lecturas que realicen, como resultado de las charlas y conferencias que escuchen sobre el Estado, adquirirán la capacidad de enfocar este problema por sí mismos, ya que se enfrentarán con él en los más diversos motivos, en relación con las cuestiones más triviales, en los contextos más inesperados, y en discusiones y debates con adversarios. Y sólo cuando aprendan a orientarse por sí mismos en este problema sólo entonces podrán considerarse lo bastante firmes en sus convicciones y capaces para defenderlas con éxito contra cualquiera y en cualquier momento.
Luego de estas breves consideraciones, pasaré a tratar el problema en sí: qué es el Estado, cómo surgió y fundamentalmente, cuál debe ser la actitud hacia el Estado del partido de la clase obrera, que lucha por el total derrocamiento del capitalismo, el partido de los comunistas.
Ya he dicho que difícilmente se encontrará otro problema en que deliberada e inconcientemente, hayan sembrado tanta confusion los representantes de la ciencia, la filosofía, la jurisprudencia, la economiá política y el periodismo burgueses como en el problema del Estado. Todavía hoy es confundido muy a menudo con problemas religiosos; no sólo por los representantes de doctrinas religiosas (es completamente natural esperarlo de ellos), sino incluso personas que se consideran libres de prejuicios religiosos confunden muy a menudo la cuestión especifica del Estado con problemas religiosos y tratan de elaborar una doctrina —con frecuencia muy compleja, con un enfoque y una argumentación ideológicos y filosóficos— que pretende que el Estado es algo divino, algo sobrenatural, cierta fuerza, en virtud de la cual ha vivido la humanidad, que confiere, o puede conferir a los hombres, o que contiene en sí algo que no es propio del hombre, sino que le es dado de fuera: una fuerza de origen divino. Y hay que decir que esta doctrina está tan estrechamente vinculada a los intereses de las clases explotadoras —de los terratenientes y los capitalistas—, sirve tan bien sus intereses, impregnó tan profundamente todas las costumbres, las concepciones, la ciencia de los señores representantes de la burguesía, que se encontrarán ustedes con vestigios de ella a cada paso, incluso en la concepción del Estado que tienen los mencheviques y eseristas, quienes rechazan indignados la idea de que se hallan bajo el influjo de prejuicios religiosos y están convencidos de que pueden considerar el Estado con serenidad. Este problema ha sido tan embrollado y complicado porque afecta más que cualquier otro (cediendo lugar a este respecto sólo a los fundamentos de la ciencia económica) los intereses de las clases dominantes. La teoría del Estado sirve para justificar los privilegios sociales, la existencia de la explotación, la existencia del capitalismo, razón por la cual sería el mayor de los errores esperar imparcialidad en este problema, abordarlo en la creencia de que quienes pretenden ser cientificos puedan brindarles a ustedes una concepción puramente cientifica del asunto. Cuando se hayan familiarizado con el problema del Estado, con la doctrina del Estado y con la teoría del Estado, y lo hayan profundizado suficientemente, descubrirán siempre la lucha entre clases diferentes, una lucha que se refleja o se expresa en un conflicto entre concepciones sobre el Estado, en la apreciación del papel y de la significación del Estado.
Para abordar este problema del modo más cientifico, hay que echar, por lo menos, una rápida mirada a la historia del Estado, a su surgimiento y evolución. Lo más seguro, cuando se trata de un problema de ciencia social, y lo más necesario para adquirir realmente el hábito de enfocar este problema en forma correcta, sin perdernos en un cúmulo de detalles o en la inmensa variedad de opiniones contradictorias; lo más importante para abordar el problema científicamente, es no olvidar el nexo histórico fundamental, analizar cada problema desde el punto de vista de cómo surgió en la historia el fenómeno dado y cuáles fueron las principales etapas de su desarrollo y, desde el punto de vista de su desarrollo, examinar en qué se ha convertido hoy.
Espero que al estudiar este problema del Estado se familiarizarán con la obra de Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Se trata de una de las obras fundamentales del socialismo moderno, cada una de cuyas frases puede aceptarse con plena confianza, en la seguridad de que no ha sido escrita al azar, sino que se basa en una abundante documentación histórica y política. Sin duda, no todas las partes de esta obra están expuestas en forma igualmente accesible y comprensible; algunas de ellas suponen un lector que ya posea ciertos conocimientos de historia y de economía. Pero vuelvo a repetirles que no deben preocuparse si al leer esta obra no la entienden inmediatamente. Esto le sucede a casi todo el mundo. Pero releyéndola más tarde, cuando estén interesados en el problema, lograrán entenderla en su mayor parte, si no en su totalidad. Cito este libro de Engels porque en el se hace un enfoque correcto del problema en el sentido mencionado. Comienza con un esbozo histórico de los orígenes del Estado.
Para tratar debidamente este problema, lo mismo que cualquier otro —por ejemplo el de los orígenes del capitalismo, la explotación del hombre por el hombre, el del socialismo, cómo surgió el socialismo, qué condiciones lo engendraron—, cualquiera de estos problemas sólo puede ser enfocado con seguridad y confianza si se echa una mirada a la historia de su desarrollo en conjunto. En relación con este problema hay que tener presente, ante todo, que no siempre existió el Estado. Hubo un tiempo en que no había Estado. Este aparece en el lugar y momento en que surge la división de la sociedad en clases, cuando aparecen los explotadores y los explotados.
Antes de que surgiera la primera forma de explotación del hombre por el hombre, la primera forma de la división en clases —propietarios de esclavos y esclavos—, existía la familia patriarcal o, como a veces se la llama, la familia del clan (clan: gens; en ese entonces vivían juntas las personas de un mismo linaje u origen). En la vida de muchos pueblos primitivos subsisten huellas muy definidas de aquellos tiempos primitivos, y si se toma cualquier obra sobre la cultura primitiva, se tropezará con descripciones, indicaciones y reminiscencias más o menos precisas del hecho de que hubo una época más o menos similar a un comunismo primitivo, en la que aún no existiá la división de la sociedad en esclavistas y esclavos. En esa época no existía el Estado, no había ningún aparato especial para el empleo sistemático de la fuerza y el sometimiento del pueblo por la fuerza. Ese aparato es lo que se llama Estado.
En la sociedad primitiva, cuando la gente vivía en pequeños grupos familiares y aún se hallaba en las etapas más bajas del desarrollo, en condiciones cercanas al salvajismo —época separada por varios miles de años de la moderna sociedad humana civilizada—, no se observan aún indicios de la existencia del Estado. Nos encontramos con el predominio de la costumbre, la autoridad, el respeto, el poder de que gozaban los ancianos del clan; nos encontramos con que a veces este poder era reconocido a las mujeres —la posición de las mujeres, entonces, no se parecía a la de opresión y falta de derechos de las mujeres de hoy—, pero en ninguna parte encontramos una categoría especial de individuos diferenciados que gobiernen a los otros y que, en aras y con el fin de gobernar, dispongan sistemática y permanentemente de cierto aparato de coerción, de un aparato de violencia, tal como el que representan actualmente, como todos saben, los grupos especiales de hombres armados, las cárceles y demás medios para someter por la fuerza la voluntad de otros, todo lo que constituye la esencia del Estado.
Si dejamos de lado las llamadas doctrinas religiosas, las sutilezas, los argumentos filosóficos y las diversas opiniones erigidas por los eruditos burgueses, y procuramos llegar a la verdadera esencia del asunto, veremos que el Estado es en realidad un aparato de gobierno, separado de la sociedad humana. Cuando aparece un grupo especial de hombres de esta clase, dedicados exclusivamente a gobernar y que para gobernar necesitan de un aparato especial de coerción para someter la voluntad de otros por la fuerza —cárceles, grupos especiales de hombres, ejércitos, etc.—, es cuando aparece el Estado.
Pero hubo un tiempo en que no existiá el Estado, en que los vínculos generales, la sociedad misma, la disciplina y organización del trabajo se mantenian por la fuerza de la costumbre y la tradición, por la autoridad y el respeto de que gozaban los ancianos del clan o las mujeres —quienes en aquellos tiempos, no sólo gozaban de una posición social igual a la de los hombres, sino que, no pocas veces, gozaban incluso de una posición social superior—, y en que no había una categoría especial de personas que se especializaban en gobernar. La historia demuestra que el Estado, como aparato especial para la coerción de los hombres, surge solamente donde y cuando aparece la división de la sociedad en clases, o sea, la división en grupos de personas, algunas de las cuales se apropian permanentemente del trabajo ajeno, donde unos explotan a otros.
Y esta división de la sociedad en clases, a través de la historia, es lo que debemos tener siempre presente con toda claridad, como un hecho fundamental. El desarrollo de todas las sociedades humanas a lo largo de miles de años, en todos los países sin excepción, nos revela una sujeción general a leyes, una regularidad y consecuencia; de modo que tenemos, primero, una sociedad sin clases, la sociedad originaria, patriarcal, primitiva, en la que no existían aristócratas; luego una sociedad basada en la esclavitud, una sociedad esclavista. Toda la Europa moderna y civilizada pasó por esa etapa: la esclavitud reinó soberana hace dos mil años. Por esa etapa pasó también la gran mayoría de los pueblos de otros lugares del mundo. Todavía hoy se conservan rastros de la esclavitud entre los pueblos menos desarrollados; en Africa, por ejemplo, persiste todavía en la actualidad la institucion de la esclavitud. La división en propietarios de esclavos y esclavos fue la primera división de clases importante. El primer grupo no sólo poseía todos los medios de producción —la tierra y las herramientas, por muy primitivas que fueran en aquellos tiempos—, sino que poseía también los hombres. Este grupo era conocido como el de los propietarios de esclavos, mientras que los que trabajaban y suministraban trabajo a otros eran conocidos como esclavos.
Esta forma fue seguida en la historia por otra: el feudalismo. En la gran mayoría de los países, la esclavitud, en el curso de su desarrollo, evolucionó hacia la servidumbre. La división fundamental de la sociedad era: los terratenientes propietarios de siervos, y los campesinos siervos. Cambió la forma de las relaciones entre los hombres. Los poseedores de esclavos con sideraban a los esclavos como su propiedad; la ley confirmaba este concepto y consideraba al esclavo como un objeto que pertenecía íntegramente al propietario de esclavos. Por lo que se refiere al campesino siervo, subsistía la opresión de clase y la dependencia, pero no se consideraba que los campesinos fueran un objeto de propiedad del terrateniente propietario de siervos; éste sólo teniía derecho a apropiarse de su trabajo, a obligarlos a ejecutar ciertos servicios. En la práctica, como todos ustedes saben, la servidumbre, sobre todo en Rusia, donde subsistió durante más tiempo y revistió las formas más brutales, no se diferenciaba en nada de la esclavitud.
Más tarde, con el desarrollo del comercio, la aparición del mercado mundial y el desarrollo de la circulación monetaria, dentro de la sociedad feudal surgió una nueva clase, la clase capitalista. De la mercancía, el intercambio de mercancías y la aparición del poder del dinero, surgió el poder del capital. Durante el siglo XVIII, o mejor dicho desde fines del siglo XVIII y durante el siglo XIX, estallaron revoluciones en todo el mundo. El feudalismo fue abolido en todos los países de Europa Occidental. Rusia fue el último país donde ocurrió esto. En 1861 se produjo también en Rusia un cambio radical; como consecuencia de ello, una forma de sociedad fue remplazada por otra: el feudalismo fue remplazado por el capitalismo, bajo el cual siguió existiendo la división en clases, así como diversas huellas y supervivencias del régimen de servidumbre, pero fundamentalmente la división en clases asumió una forma diferente.
Los dueños del capital, los dueños de la tierra y los dueños de las fábricas constituían y siguen constituyendo, en todos los países capitalistas, una insignificante minoria de la población, que gobierna totalmente el trabajo de todo el pueblo, y, por consiguiente, gobierna, oprime y explota a toda la masa de trabajadores, la mayoría de los cuales son proletarios, trabajadores asalariados, que se ganan la vida en el proceso de producción, sólo vendiendo su mano de obra, su fuerza de trabajo. Con el paso al capitalismo, los campesinos, que habían sido divididos y oprimidos bajo el feudalismo, se convirtieron, en parte (la mayoría) en proletarios, y en parte (la minoría) en campesinos ricos, quienes a su vez contrataron trabajadores y constituyeron la burguesia rural.
Este hecho fundamental -—el paso de la sociedad, de las formas primitivas de esclavitud al feudalismo, y por último al capitalismo— es el que deben ustedes tener siempre presente, ya que sólo recordando este hecho fundamental, encuadrando todas las doctrinas políticas en este marco fundamental, estarán en condiciones de valorar debidamente esas doctrinas y comprender qué se proponen. Pues cada uno de estos grandes períodos de la historia de la humanidad —el esclavista, el feudal y el capitalista— abarca decenas y centenares de siglos, y presenta una cantidad tal de formas políticas, una variedad tal de doctrinas políticas, opiniones y revoluciones, que sólo podremos llegar a comprender esta enorme diversidad y esta inmensa variedad —especialmente en relación con las doctrinas políticas, filosóficas y otras de los eruditos y políticos burgueses—, si sabemos aferrarnos firmemente, como a un hilo orientador fundamental, a esta división de la sociedad en clases, a esos cambios de las formas de la dominación de clases, y si analizamos, desde este punto de vista, todos los problemas sociales —económicos, políticos, espirituales, religiosos, etc.
Si ustedes consideran el Estado desde el punto de vista de esta división fundamental, verán que antes de la división de la sociedad en clases, como ya lo he dicho, no existía ningún Estado. Pero cuando surge y se afianza la división de la sociedad en clases, cuando surge la sociedad de clases, también surge y se afianza el Estado. La historia de la humanidad conoce decenas y cientos de paises que han pasado o están pasando en la actualidad por la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo. En cada uno de ellos, pese a los enormes cambios históricos que han tenido lugar, pese a todas las vicisitudes políticas y a todas las revoluciones relacionadas con este desarrollo de la humanidad y con la transición de la esclavitud al capitalismo, pasando por el feudalismo, y hasta llegar a la actual lucha mundial contra el capitalismo, ustedes percibirán siempre el surgimiento del Estado. Este ha sido siempre determinado aparato al margen de la sociedad y consistente en un grupo de personas dedicadas exclusiva o casi exclusivamente o principalmente a gobernar. Los hombres se dividen en gobernados y en especialistas en gobernar, que se colocan por encima de la sociedad y son llamados gobernantes, representantes del Estado. Este aparato, este grupo de personas que gobiernan a otros, se apodera siempre de ciertos medios de coerción, de violencia física, ya sea que esta violencia sobre los hombres se exprese en la maza primitiva o en tipos más perfeccionados de armas, en la época de la esclavitud, o en las armas de fuego inventadas en la Edad Media o, por último, en las armas modernas, que en el siglo XX son verdaderas maravillas de la técnica y se basan íntegramente en los últimos logros de la tecnología moderna. Los métodos de violencia cambiaron, pero dondequiera existió un Estado, existió en cada sociedad, un grupo de personas que gobernaban, mandaban, dominaban, y que, para conservar su poder, disponían de un aparato de coerción física, de un aparato de violencia, con las armas que correspondían al nivel técnico de la época dada. Y sólo examinando estos fenómenos generales, preguntándonos por qué no existió ningún Estado cuando no había clases, cuando no había explotadores y explotados, y por qué apareció cuando aparecieron las clases; sólo así encontraremos una respuesta definida a la pregunta de cuál es la esencia y la significación del Estado.
El Estado es una máquina para mantener la dominación de una clase sobre otra. Cuando no existían clases en la sociedad, cuando, antes de la época de la esclavitud, los hombres trabajaban en condiciones primitivas de mayor igualdad, en condiciones en que la productividad del trabajo era todavía muy baja y cuando el hombre primitivo apenas podía conseguir con dificultad los medios indispensables para la existencia más tosca y primitiva, entonces no surgió, ni podía surgir, un grupo especial de hombres separados especialmente para gobernar y dominar al resto de la sociedad. Sólo cuando apareció la primera forma de la división de la sociedad en clases, cuando apareció la esclavitud, cuando una clase determinada de hombres, al concentrarse en las formas más rudimentarias del trabajo agrícola, pudo producir cierto excedente, y cuando este excedente no resultó absolutamente necesario para la más mísera existencia del esclavo y pasó a manos del propietario de esclavos, cuando de este modo quedó asegurada la existencia de la clase de los propietarios de esclavos, entonces, para que ésta pudiera afianzarse era necesario que apareciera un Estado.
Y apareció el Estado esclavista, un aparato que dio poder a los propietarios de esclavos y les permitió gobernar a los esclavos. La sociedad y el Estado eran entonces mucho más reducidos que en la actualidad, poseían medios de comunicación incomparablemente más rudimentarios; no existían entonces los modernos medios de comunicación. Las montañas, los ríos y los mares eran obstáculos incomparablemente mayores que hoy, y el Estado se formó dentro de límites geográficos mucho más estrechos. Un aparato estatal técnicamente débil servía a un Estado confinado dentro de límites relativamente estrechos y con una esfera de acción limitada. Pero, de cualquier modo, existía un aparato que obligaba a los esclavos a permanecer en la esclavitud, que mantenía a una parte de la sociedad sojuzgada y oprimida por la otra. Es imposible obligar a la mayor parte de la sociedad a trabajar en forma sistemática para la otra parte de la sociedad sin un aparato permanente de coerción. Mientras no existieron clases, no hubo un aparato de este tipo. Cuando aparecieron las clases, siempre y en todas partes, a medida que la división crecía y se consolidaba, aparecía también una institución especial: el Estado. Las formas de Estado eran en extremo variadas. Ya durante el período de la esclavitud encontramos diversas formas de Estado en los países más adelantados, más cultos y civilizados de la época, por ejemplo en la antigua Grecia y en la antigua Roma, que se basaban integramente en la esclavitud. Ya había surgido en aquel tiempo una diferencia entre monarquía y república, entre aristocracia y democracia. La monarquía es el poder de una sola persona, la república es la ausencia de autoridades no elegidas; la aristocracia es el poder de una minoría relativamente pequeña, la democracia el poder del pueblo (democracia en griego, significa literalmente poder del pueblo). Todas estas diferencias surgieron en la época de la esclavitud. A pesar de estas diferencias, el Estado de la época esclavista era un Estado esclavista, ya se tratara de una monarquía o de una república, aristocrática o democrática.
En todos los cursos de historia de la antigüedad, al escuchar la conferencia sobre este tema, les hablarán de la lucha librada entre los Estados monárquicos y los republicanos. Pero el hecho fundamental es que los esclavos no eran considerados seres humanos; no sólo no se los consideraba ciudadanos, sino que ni siquiera se los consideraba seres humanos. El derecho romano los consideraba como bienes. La ley sobre el homicidio, para no mencionar otras leyes de protección de la persona, no amparaba a los esclavos. Defendía sólo a los propietarios de esclavos, los únicos que eran reconocidos como ciudadanos con plenos derechos. Lo mismo daba que gobernara una monarquía o una república: tanto una como otra eran una república de los propietarios de esclavos o una monarquia de los propietarios de esclavos. Estos gozaban de todos los derechos, mientras que los esclavos, ante la ley, eran bienes; y contra el esclavo no sólo podía perpetrarse cualquier tipo de violencia, sino que incluso matar a un esclavo no era considerado delito. Las repúblicas esclavistas diferían en su organización interna: había repúblicas aristocráticas y repúblicas democráticas. En la república aristocrática participaba en las elecciones un reducido número de privilegiados; en la república democrática participaban todos, pero siempre todos los propietarios de esclavos, todos, menos los esclavos. Debe tenerse en cuenta este hecho fundamental, pues arroja más luz que ningún otro sobre el problema del Estado, y pone claramente de manifiesto la naturaleza del Estado.
El Estado es una máquina para que una clase reprima a otra, una máquina para el sometimiento a una clase de otras clases, subordinadas. Esta máquina puede presentar diversas formas. El Estado esclavista podía ser una monarquía, una república aristocrática e incluso una república democrática. En realidad, las formas de gobierno variaban extraordinariamente, pero su esencia era siempre la misma: los esclavos no gozaban de ningún derecho y seguían siendo una clase oprimida; no se los consideraba seres humanos. Nos encontramos con lo mismo en el Estado feudal.
El cambio en la forma de explotación trasformó el Estado esclavista en Estado feudal. Esto tuvo una enorme importancia. En la sociedad esclavista, el esclavo no gozaba de ningún derecho y no era considerado un ser humano; en la sociedad feudal, el campesino se hallaba sujeto a la tierra. El principal rasgo de la servidumbre era que a los campesinos (y en aquel tiempo los campesinos constituían la mayoría, pues la población urbana era todavía muy poco desarrollada) se los consideraba sujetos a la tierra: de ahí se deriva este concepto mismo —la servidumbre. El campesino podía trabajar cierto número de días para sí mismo en la parcela que le asignaba el señor feudal; los demás días el campesino siervo trabajaba para su señor. Subsistía la esencia de la sociedad de clases: la sociedad se basaba en la explotación de clase. Sólo los propietarios de la tierra gozaban de plenos derechos; los campesinos no tenían ningún derecho. En la práctica su situación no difería mucho de la situación de los esclavos en el Estado esclavista. Sin embargo, se había abierto un camino más amplio para su emancipación, para la emancipación de los campesinos, ya que el campesino siervo no era considerado propiedad directa del señor feudal. Podía trabajar una parte de su tiempo en su propia parcela; podía, por así decirlo, ser, hasta cierto punto, dueño de sí mismo; y al ampliarse las posibilidades de desarrollo del intercambio y de las relaciones comerciales, el sistema feudal se fue desintegrando progresivamente y se fueron ampliando progresivamente las posibilidades de emancipación del campesinado. La sociedad feudal fue siempre más compleja que la sociedad esclavista. Había un importante factor de desarrollo del comercio y la industria, cosa que, incluso en esa época, condujo al capitalismo. El feudalismo predominaba en la Edad Media. Y también aquí diferían las formas del Estado; también aquí encontramos la monarquía y la república, aunque esta última se manifestaba mucho más débilmente. Pero siempre se consideraba al señor feudal como el único gobernante. Los campesinos siervos carecían totalmente de derechos políticos.
Ni bajo la esclavitud ni bajo el feudalismo podía una reducida minoría de personas dominar a la enorme mayoría sin recurrir a la coerción. La historia está llena de constantes intentos de las clases oprimidas por librarse de la opresión. La historia de la esclavitud nos habla de guerras de emancipación de los esclavos que duraron décadas enteras. El nombre de "espartaquistas", entre parentesis, que han adoptado ahora los comunistas alemanes —el único partido alemán que realmente lucha contra el yugo del capitalismo—, lo adoptaron debido a que Espartaco fue el héroe más destacado de una de las más grandes sublevaciones de esclavos que tuvo lugar hace unos dos mil años. Durante varios años el Imperio romano, que parecía omnipotente y que se apoyaba por entero en la esclavitud, sufrió los golpes y sacudidas de un extenso levantamiento de esclavos, armados y agrupados en un vasto ejército, bajo la dirección de Espartaco. Al fin y al cabo fueron derrotados, capturados y torturados por los propietarios de esclavos. Guerras civiles como éstas jalonan toda la historia de la sociedad de clases. Lo que acabo de señalar es un ejemplo de la más importante de estas guerras civiles en la época de la esclavitud. Del mismo modo, toda la época del feudalismo se halla jalonada por constantes sublevaciones de los campesinos. En Alemania, por ejemplo, en la Edad Media, la lucha entre las dos clases —terratenientes y siervos— asumió amplias proporciones y se trasformó en una guerra civil de los campesinos contra los terratenientes. Todos ustedes conocen ejemplos similares de constantes levantamientos de los campesinos contra los terratenientes feudales en Rusia.
Para mantener su dominación y asegurar su poder, los señores feudales necesitaban de un aparato con el cual pudiesen sojuzgar a una enorme cantidad de personas y someterlas a ciertas leyes y normas; y todas esas leyes, en lo fundamental, se reducían a una sola cosa: el mantenimiento del poder de los señores feudales sobre los campesinos siervos. Tal era el Estado feudal, que en Rusia, por ejemplo, o en los países asiáticos muy atrasados (en los que aún impera el feudalismo) difería en su forma: era una república o una monarquía. Cuando el Estado era una monarquía se reconocía el poder de un individuo; cuando era una república, en uno u otro grado se reconocía la participación de representantes electos de la sociedad terrateniente; esto sucedía en la sociedad feudal. La sociedad feudal representaba una división en clases en la que la inmensa mayoría —los campesinos siervos— estaba totalmente sometida a una insignificante minoría, a los terratenientes, dueños de la tierra.
El desarrollo del comercio, el desarrollo del intercambio de mercancías, condujeron a la formación de una nueva clase, la de los capitalistas. El capital se conformó como tal al final de la Edad Media, cuando, después del descubrimiento de América, el comercio mundial adquirió un desarrollo enorme, cuando aumentó la cantidad de metales preciosos, cuando la plata y el oro se convirtieron en medios de cambio, cuando la circulación monetaria permitió a ciertos individuos acumular enormes riquezas. La plata y el oro fueron reconocidos como riqueza en todo el mundo. Declinó el poder económico de la clase terrateniente y creció el poder de la nueva clase, los representantes del capital. La sociedad se reorganizó de tal modo, que todos los ciudadanos parecían ser iguales, desapareció la vieja división en propietarios de esclavos y esclavos, y todos los individuos fueron considerados iguales ante la ley, independientemente del capital que poseyeran —propietarios de tierras o pobres hombres sin más propiedad que su fuerza de trabajo, todos eran iguales ante la ley. La ley protege a todos por igual; protege la propiedad de los que la tienen, contra los ataques de las masas que, al no poseer ninguna propiedad, al no poseer más que su fuerza de trabajo, se empobrecen y arruinan poco a poco y se convierten en proletarios. Tal es la sociedad capitalista.
No puedo detenerme a analizarlo en detalle. Ya volverán ustedes a ello cuando estudien el programa del partido: tendrán entonces una descripción de la sociedad capitalista. Esta sociedad fue avanzando contra la servidumbre, contra el viejo régimen feudal, bajo la consigna de la libertad. Pero era la libertad para los propietarios. Y cuando se desintegró el feudalismo, cosa que ocurrío a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX —en Rusia ocurrió más tarde que en otros países, en 1861—, el Estado feudal fue desplazado por el Estado capitalista, que proclama como consigna la libertad para todo el pueblo, que afirma que expresa la voluntad de todo el pueblo y niega ser un Estado de clase. Y en este punto se entabló una lucha entre los socialistas, que bregan por la libertad de todo el pueblo, y el Estado capitalista, lucha que condujo hoy a la creación de la República Socialista Soviética y que se está extendiendo al mundo entero.
Para comprender la lucha iniciada contra el capital mundial, para entender la esencia del Estado capitalista, debemos recordar que cuando ascendió el Estado capitalista contra el Estado feudal, entró en la lucha bajo la consigna de la libertad. La abolición del feudalismo significó la libertad para los representantes del Estado capitalista y sirvió a sus fines, puesto que la servidumbre se derrumbaba y los campesinos tenían la posibilidad de poseer en plena propiedad la tierra adquirida por ellos mediante un rescate o, en parte por el pago de un tributo; esto no interesaba al Estado; protegía la propiedad sin importarle su origen, pues el Estado se basaba en la propiedad privada. En todos los Estados civilizados modernos los campesinos se convirtieron en propietarios privados. Incluso cuando el terrateniente cedía parte de sus tierras a los campesinos, el Fstado protegía la propiedad privada, resarciendo al terrateniente con una indemnización, permitiéndole obtener dinero por la tierra. El Estado, por así decirlo, declaraba que ampararía totalmente la propiedad privada y le otorgaba toda clase de apoyo y protección. El Estado reconocía los derechos de propiedad de todo comerciante, fabricante e industrial. Y esta sociedad, basada en la propiedad privada, en el poder del capital, en la sujeción total de los obreros desposeídos y las masas trabajadoras del campesinado proclamaba que su régimen se basaba en la libertad. Al luchar contra el feudalismo, proclamó la libertad de propiedad y se sentía especialmente orgullosa de que el Estado hubiese dejado de ser, supuestamente, un Estado de clase.
Con todo, el Estado seguía siendo una máquina que ayudaba a los capitalistas a mantener sometidos a los campesinos pobres y a la clase obrera, aunque en su apariencia exterior fuese libre. Proclamaba el sufragio universal y, por intermedio de sus defensores, predicadores, eruditos y filosófos, que no era un Estado de clase. Incluso ahora, cuando las repúblicas socialistas soviéticas han comenzado a combatir el Estado, nos acusan de ser violadores de la libertad y de erigir un Estado basado en la coerción, en la represión de unos por otros, mientras que ellos representan un Estado de todo el pueblo, un Estado democrático. Y este problema, el problema del Estado, es ahora, cuando ha comenzado la revolución socialista mundial y cuando la revolución triunfa en algunos países, cuando la lucha contra el capital mundial se ha agudizado en extremo, un problema que ha adquirido la mayor importancia y puede decirse que se ha convertido en el problema más candente, en el foco de todos los problemas políticos y de todas las polémicas políticas del presente.
Cualquiera sea el partido que tomemos en Rusia o en cualquiera de los países más civilizados, vemos que casi todas las polémicas, discrepancias y opiniones políticas giran ahora en torno de la concepcion del Estado. ¿Es el Estado, en un país capitalista, en una república democrática  —especialmente en repúblicas como Suiza o Norteamérica—, en las repúblicas democráticas más libres, la expresión de la voluntad popular, la resultante de la decisión general del pueblo, la expresión de la voluntad nacional, etc., o el Estado es una máquina que permite a los capitalistas de esos países conservar su poder sobre la clase obrera y el campesinado? Este es el problema fundamental en torno del cual giran todas las polémicas políticas en el mundo entero. ¿Qué se dice sobre el bolchevismo? La prensa burguesa lanza denuestos contra los bolcheviques. No encontrarán un solo periódico que no repita la acusación en boga de que los bolcheviques violan la soberanía del pueblo. Si nuestros mencheviques y eseristas, en su simpleza de espiritu (y quizá no sea simpleza, o quiza sea esa simpleza de la que dice el proverbio que es peor que la ruindad) piensan que han inventado y descubierto la acusación de que los bolcheviques han violado la libertad y la soberanía del pueblo, se equivocan en la forma más ridícula. Hoy, todos los periódicos más ricos de los países más ricos, que gastan decenas de millones en su difusión y diseminan mentiras burguesas y la política imperialista en decenas de millones de ejemplares, todos esos periódicos repiten esos argumentos y acusaciones fundamentales contra el bolchevismo, a saber: que Norteamérica, Inglaterra y Suiza son Estados avanzados, basados en la soberanía del pueblo, mientras que la república bolchevique es un Estado de bandidos en el que no se conoce la libertad y que los bolcheviques son violadores de la idea de la soberanía del pueblo e incluso llegaron al extremo de disolver la Asamblea Constituyente. Estas terribles acusaciones contra los bolcheviques se repiten en todo el mundo. Estas acusaciones nos conducen directamente a la pregunta: ¿qué es el Estado? Para comprender estas acusaciones, para poder estudiarlas y adoptar hacia ellas una actitud plenamente consciente, y no examinarlas basándose en rumores, sino en una firme opinión propia, debemos tener una clara idea de lo que es el Estado. Tenemos ante nosotros Estados capitalistas de todo tipo y todas las teorías que en su defensa se elaboraron antes de la guerra. Para responder correctamente a la pregunta, debemos examinar con un enfoque crítico todas estas teorías y concepciones.
Ya les he aconsejado que recurran al libro de Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. En él se dice que todo Estado en el que existe la propiedad privada de la tierra y los medios de producción, en el que domina el capital, por democrático que sea, es un Estado capitalista, una máquina en manos de los capitalistas para el sojuzgamiento de la clase obrera y los campesinos pobres. Y el sufragio universal, la Asamblea Constituyente o el Parlamento son meramente una forma, una especie de pagaré, que no cambia la esencia del asunto.
Las formas de dominación del Estado pueden variar: el capital manifiesta su poder de un modo donde existe una forma y de otro donde existe otra forma, pero el poder está siempre, esencialmente, en manos del capital, ya sea que exista o no el voto restringido u otros derechos, ya sea que se trate de una república democrática o no; en realidad, cuanto más democrática es, más burda y cínica es la dominación del capitalismo. Una de las repúblicas más democráticas del mundo es Estados Unidos de Norteamérica, y sin embargo, en ninguna parte (y quienes hayan estado allí después de 1905 probablemente lo saben) es tan crudo y tan abiertamente corrompido como en Norteamérica el poder del capital, el poder de un puñado de multimillonarios sobre toda la sociedad. El capital, una vez que existe, domina la sociedad entera, y ninguna república democrática, ningún derecho electoral pueden cambiar la esencia del asunto.
La república democrática y el sufragio universal representaron un enorme progreso comparado con el feudalismo: permitieron al proletariado lograr su actual unidad y solidaridad y formar esas filas compactas y disciplinadas que libran una lucha sistemática contra el capital. No existió nada ni siquiera parecido a esto entre los campesinos siervos y ni que hablar ya entre los esclavos. Los esclavos, como sabemos se sublevaron, se amotinaron e iniciaron guerras civiles, pero no podían llegar a crear una mayoría consciente y partidos que dirigieran la lucha; no podían comprender claramente cuáles eran sus objetivos, e incluso en los momentos más revolucionarios de la historia fueron siempre peones en manos de las clases dominantes. La república burguesa, el Parlamento, el sufragio universal, todo ello constituye un inmenso progreso desde el punto de vista del desarrollo mundial de la sociedad. La humanidad avanzó hacia el capitalismo y fue el capitalismo solamente, lo que, gracias a la cultura urbana, permitió a la clase oprimida de los proletarios adquirir conciencia de sí misma y crear el movimiento obrero mundial, los millones de obreros organizados en partidos en el mundo entero; los partidos socialistas que dirigen conscientemente la lucha de las masas. Sin parlamentarismo, sin un sistema electoral, habría sido imposible este desarrollo de la clase obrera. Es por ello que todas estas cosas adquirieron una importancia tan grande a los ojos de las grandes masas del pueblo. Es por ello que parece tan difícil un cambio radical. No son sólo los hipócritas conscientes, los sabios y los curas quienes sostienen y defienden la mentira burguesa de que el Estado es libre y que tiene por misión defender los intereses de todos; lo mismo hacen muchísimas personas atadas sinceramente a los viejos prejuicios y que no pueden entender la transición de la sociedad antigua, capitalista, al socialismo. Y no sólo las personas que dependen directamente de la burguesia, no sólo quienes viven bajo el yugo del capital o sobornados por el capital (hay gran cantidad de científicos, artistas, sacerdotes, etc., de todo tipo al servicio del capital), sino incluso personas simplemente influidas por el prejuicio de la libertad burguesa, se han movilizado contra el bolchevismo en el mundo entero, porque cuando fue fundada la República Soviética rechazó estas mentiras burguesas y declaró abiertamente: ustedes dicen que su Estado es libre, cuando en realidad, mientras exista la propiedad privada, el Estado de ustedes, aunque sea una república democrática, no es más que una máquina en manos de los capitalistas para reprimir a los obreros, y mientras más libre es el Estado, con mayor claridad se manifiesta esto. Ejemplos de ello nos los brindan Suiza en Europa, y Estados Unidos en América. En ninguna parte domina el capital en forma tan cínica e implacable y en ninguna parte su dominación es tan ostensible como en estos países, a pesar de tratarse de repúblicas democráticas, por muy bellamente que se las pinte y por mucho que en ellas se hable de democracia del trabajo y de igualdad de todos los ciudadanos. El hecho es que en Suiza y en Norteamérica domina el capital, y cualquier intento de los obreros por lograr la menor mejora efectiva de su situación, provoca inmediatamente la guerra civil. En estos países hay pocos soldados, un ejército regular pequeño —Suiza cuenta con una milicia y todos los ciudadanos suizos tienen un fusil en su casa, mientras que en Estados Unidos, hasta hace poco, no existía un ejército regular—, de modo que cuando estalla una huelga, la burguesía se arma, contrata soldados y reprime la huelga; en ninguna parte la represión del movimiento obrero es tan cruel y feroz como en Suiza y en Estados Unidos, y en ninguna parte se manifiesta con tanta fuerza como en estos países la influencia del capital sobre el Parlamento. La fuerza del capital lo es todo, la Bolsa es todo, mientras que el Parlamento y las elecciones no son más que muñecos, marionetas. . . Pero los obreros van abriendo cada vez más los ojos y la idea del poder soviético va extendiéndose cada vez más. Sobre todo después de la sangrienta matanza por la que acabamos de pasar. La clase obrera advierte cada vez más la necesidad de luchar implacablemente contra los capitalistas.
Cualquiera sea la forma con que se encubra una república, por democrática que sea, si es una república burguesa, si conserva la propiedad privada de la tierra, de las fábricas, si el capital privado mantiene a toda la sociedad en la esclavitud asalariada, es decir, si la república no lleva a la práctica lo que se proclama en el programa de nuestro partido y en la Constitución soviética, entonces ese Estado es una máquina para que unos repriman a otros. Y debemos poner esta máquina en manos de la clase que habrá de derrocar el poder del capital. Debemos rechazar todos los viejos prejuicios acerca de que el Estado significa la igualdad universal; pues esto es un fraude: mientras exista explotación no podrá existir igualdad. El terrateniente no puede ser igual al obrero, ni el hombre hambriento igual al saciado. La máquina, llamada Estado, y ante la que los hombres se inclinaban con supersticiosa veneración, porque creían en el viejo cuento de que significa el Poder de todo el pueblo, el proletariado la rechaza y afirma: es una mentira burguesa. Nosotros hemos arrancado a los capitalistas esta máquina y nos hemos apoderado de ella. Utilizaremos esa máquina, o garrote, para liquidar toda explotación; y cuando toda posibilidad de explotación haya desaparecido del mundo, cuando ya no haya propietarios de tierras ni propietarios de fábricas, y cuando no exista ya una situación en la que unos están saciados mientras otros padecen hambre, sólo cuando haya desaparecido por completo la posibilidad de esto, relegaremos esta máquina a la basura. Entonces no existirá Estado ni explotación. Tal es el punto de vista de nuestro partido comunista. Espero que volveremos a este tema en futuras conferencias, volveremos a él una y otra vez.
Nota
[*] La Universidad Comunista I. M. Sverdlov se fundó sobre la base de unos cursillos de agitadores e instructores, organizados en 1918, adjuntos al Comité Ejecutivo Central de toda Rusia. Más tarde los cursillos fueron reorganizados en Escuela de Trabajos de los Soviets. Después de la resolución, adoptada por el VIII Congreso del PC(b) de Rusia, de organizar una escuela superior adjunta al CC para preparar cuadros del Partido, la Escuela se transformó en Escuela Central de Trabajos de los Soviets y del Partido; en el segundo semestre de 1919 por decision del Buró de Organización del CC del PC(b) de Rusia, Ia Escuela recibió el nombre de Universidad Comunista I. M. Sverdlov.
Lenin dio en ella dos conferencias acerca del Estado. El texto de la segunda, pronunciada el 29 de agosto de 1919, no se ha conservado.
**El 22 de este mes se cumplieron 141 años del nacimiento de Lenin. En su homenaje publicamos este valioso texto suyo sobre el Estado.

Redactores:
La Paz: Constancio Mamani Aruni, Wilfredo Pomier Miranda y María Isabel Pomier Yujra. Cochabamba: Alonso Contreras Baspineiro, Fernando Méndez Terrazas y Claudia Zegarra Rivero. Santa Cruz: Alejandro Dausá. Oruro: Héctor A. Hinojosa Rodríguez. Sucre: Roberto Valdiviezo Luna. Potosí: Rosa Laime Muñoz. Trinidad: Emil Balcázar Lara. Madrid (España): Carlos M. Caravantes García.  
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